Los riesgos inherentes a la cocina profesional se hicieron evidentes en el décimo programa de la decimotercera edición de MasterChef, cuando los aspirantes cocinaron en el restaurante madrileño Desde 1911, reconocido con una estrella Michelin. Durante la prueba, Ismael sufrió un accidente con un horno de vapor que le provocó quemaduras en la cara.
El incidente ocurrió mientras el equipo azul, capitaneado por Bea e integrado también por Emilio, Ismael y Chema, utilizaba el horno de vapor para preparar sus platos. Al abrir la puerta, el vapor a alta temperatura salió abruptamente, alcanzando el rostro de Ismael y causándole heridas visibles. Pese al dolor, el concursante intentó continuar la prueba tras lavar su cara con agua tibia, aunque sus compañeros insistieron en que recibiera atención médica.
Los médicos atendieron rápidamente a Ismael, quien después regresó a la cocina transmitiendo un mensaje de calma, asegurando que aunque la quemadura era aparente, se encontraba bien y dispuesto a seguir adelante. La preocupación se mantuvo entre los jueces, que al finalizar la prueba se interesaron por su estado.
Un susto importante y quemaduras
Ismael reconoció haber sufrido un susto importante, pero afirmó que la quemadura no le impediría continuar en el programa. Comentó que, paradójicamente, esta situación le había causado más heridas que su trabajo en el GEO, unidad especial a la que pertenece. El chef Jordi Cruz destacó la fortaleza del concursante, subrayando su compromiso y resistencia.
El equipo azul perdió la prueba, y sus cuatro miembros, incluyendo a Ismael, accedieron a la siguiente fase con delantales negros. Antes de iniciar la siguiente ronda, los jueces volvieron a preguntar por la evolución de las heridas de Ismael, quien aseguró que, aunque tenía molestias, la quemadura era leve y estaba bajo tratamiento médico.
Ismael detalló que se trataba de quemaduras de primer y segundo grado, que requerían cuidados pero no ponían en peligro su participación. Enfatizó que había venido a MasterChef con la intención de esforzarse al máximo y que, pese al dolor, nada lo detendría para seguir adelante en la competición.
