Kate Moss volvió a acaparar miradas esta semana en Formentera, al pasear en bikini con un Hermès Kelly de cuero marrón colgado del brazo. El icónico bolso, valorado en decenas de miles de dólares —entre 10.000 y 20.000 euros, pero que puede llegar hasta el millón y medio—, parecía contener sus imprescindibles de verano, pero lo que más llamó la atención fue el modo en que lo llevaba: abierto, desgastado y sin rastro del cuidado obsesivo que muchas celebridades dedican a este tipo de piezas.
Lejos de exhibirlo como una inversión de lujo, Moss usó su Kelly como lo que fue en origen: un bolso práctico. Las imágenes la muestran relajada, con el bolso acurrucado en el hueco del codo, sin abrochar y con un aire de uso cotidiano que contrasta con el trato reverente que suelen darle otras figuras públicas.
Un bolso de culto que puede alcanzar cifras millonarias
Los Hermès Kelly se venden entre 10.000 y 20.000 dólares, aunque en el mercado secundario pueden duplicar su valor. En 2024, varios modelos de edición limitada superaron el umbral de las seis cifras en subastas, y el pasado mes, Sotheby’s vendió el prototipo original del Birkin diseñado para Jane Birkin por un récord de 10 millones de dólares.
“El bolso Kelly nació en los años 30 como pieza de viaje para mujer”, explican expertos en moda. No fue hasta décadas después que adoptó el nombre de Grace Kelly, princesa de Mónaco. El caso del Birkin original es similar: lejos de estar impoluto, lucía desgastado, con restos de pegatinas y marcas del uso diario que Jane Birkin le daba, cargándolo de cuadernos, maquillaje y accesorios improvisados.
Celebridades entre el culto y el desgaste
A lo largo de las décadas, personalidades como Mary-Kate y Ashley Olsen en los 2000 desgastaron sus Birkins hasta dejarlos descoloridos y maltrechos. Más recientemente, Dua Lipa ha optado por adornar su Birkin con bufandas, charms y hasta un Labubu, aunque conservando el cuero impecable. El Kelly ha sido fetiche de Victoria Beckham, Sofia Richie y Kendall Jenner, mientras que Cardi B vio cómo su modelo de cocodrilo, valorado en 60.000 dólares, fue “intervenido” por su hija con un bolígrafo.
En los últimos años, bolsos como el Birkin y el Kelly se han convertido en activos financieros. Un estudio de 2016 reveló que el valor del Birkin creció más rápido que el S&P 500 y el oro. Coleccionistas como la singapurense Jamie Chua guardan sus piezas bajo vitrinas con cerradura de huella dactilar.
Moss, sin embargo, prefiere romper el molde. Con una blusa de bordado inglés, un cinturón ancho, collares y brazaletes, lució un look bohemio y despreocupado, recordando que incluso los objetos más codiciados pueden y quizá deban disfrutarse. Como toda mujer, tiene su bolso favorito… y no teme usarlo.


