La bodeguita de Jesús, el despacho de jerez a granel que se pasó al jamón ibérico

Jesús Figaredo y Mamen Rosado regentan un singular bar en la barriada Barbadillo, famoso por sus conservas, quesos, chacinas y una de las mejores papas aliñás de Jerez: “La gente sabe a qué hora viene, pero no a qué hora se va”

Jesús y Mamen posan para lavozdelsur.es detrás de la barra de La bodeguita
Jesús y Mamen posan para lavozdelsur.es detrás de la barra de La bodeguita MANU GARCÍA

Hay lugares particulares que solo se conocen por el boca a boca. Aunque internet y las redes sociales han ayudado a visibilizar algunas de las joyas tapadas de la gastronomía de Jerez, La bodeguita de Jesús —calle Pedro Rodríguez del Raño, 15— sigue siendo una sorpresa para muchos.

Jesús Figaredo y su esposa Mamen Rosado regentan este despacho y antiguo almacén de vinos, que se convierte en un hervidero de gente los fines de semana. "Desde fuera parece un bar pequeño, incluso quienes vienen desde hace tiempo no imaginaban lo que hay detrás", señala el propietario en el interior de la taberna, que esconde una amplia nave con suelo de albero en la que empezó el sueño de La bodeguita. "Antes de comprarlo fue una fábrica de losas. Luego, se le puso un techo más alto y una chapa para poder almacenar dentro las botas de jerez", afirma Jesús sobre los orígenes del local, que su padre compró hace ya medio siglo

Jesús corta jamón ibérico de Guijuelo
Jesús corta jamón ibérico de Guijuelo.   MANU GARCÍA
Jamón ibérico, chicharrones, queso y papas aliñás de La bodeguita de Jesús
Jamón ibérico, chicharrones, queso y papas aliñás de La bodeguita de Jesús.   MANU GARCÍA
Aún es temporada y ofrecen Mosto de Trebujena
Aún es temporada y ofrecen Mosto de Trebujena.    MANU GARCÍA

En este insólito espacio, guarda todos los tipos de vino de Jerez, que tienen una solera propia y va rociando de diferentes bodegas. “Mi padre tuvo una de las viñas de Romate en Las Tablas. Antes hasta hacíamos el mosto aquí”, explica el hostelero, que se lanzó a llevar el negocio cuando terminó el instituto. En aquellos momentos, en la nave, repleta de barriles a modo de almacén, se vendía tanto a granel como para bodegas grandes. “Litros, media arroba y arrobas —ocho y dieciséis litros—. La gente de la barriada empezó a venir a por un litro de fino, se fue comentando y empecé a poner cosas”, recuerda.

Hace ya 40 años que Jesús se lanzó a la restauración. Primero fue una pequeña barra de chapa, donde regalaba cerveza y ponía algunos de los clásicos en cualquier tabanco jerezano. Luego, vino Mamen —años 90— y la carta fue in crescendo. Hoy, la bodeguita es una referencia para comer marisco en la zona, ya que lo trae fresco de la pescadería de su amigo Antonio, ubicada a tan solo dos calles del local. “Todos los productos son del barrio, desde la pescadería a la frutería. Vivimos en una zona muy buena de Jerez”, reconoce Mamen.

Mamen y Jesús en el espacio interior de La bodeguita, un salón en el que guardan sus soleras de jerez
Mamen y Jesús en el espacio interior de La bodeguita, un salón en el que guardan sus soleras de jerez.    MANU GARCÍA
Jesús sirve una tapa de papas aliñás
Jesús sirve una tapa de papas aliñás.   MANU GARCÍA
La bodeguita de Jesús desde dentro
La bodeguita de Jesús desde dentro.    MANU GARCÍA

Precisamente ella es la autora de uno de los platos fríos más singulares del negocio: sus papas aliñás. El secreto no lo sabemos, pero lo podemos sospechar. “Es el vinagre”, dice su marido. No estamos seguros si es lo único. “Una vez una conocida se llevó todos los ingredientes e intentó hacerlas en casa. Al día siguiente, vino lamentándose de que no le salieran tan ricas”, comenta presumiendo. No es para menos. El marisco gambas, cañaíllas o galeras—, jamón ibérico al corte, la mojama de atún, los quesos —picante de ocaña y payoyo de Villaluenga— y las conservas  —como la de los antiguos ultramarinos—, hacen el resto. 

“Seguimos vendiendo mucho vino, pero ahora la gente viene a tapear. Empezamos con los embutidos, como butifarra, morcilla y chorizo, y hemos acabado así. Se hace poco a poco, no es una cosa de la noche a la mañana”, explica Jesús. El negocio, al que asisten no solo vecinos, sino jerezanos de todos los puntos de la ciudad, fue bautizado en una conocida revista de vinos —Vignerons, de Bodeboca— como "el secreto mejor guardado de Jerez". Tal vez ese "secreto" sea el que comenta Mamen durante la entrevista con lavozdelsur.es. “Unos clientes lo comentaron un día: de La bodeguita de Jesús sabemos a qué hora entramos, pero no a la que salimos”, ríe. Con amontillado y platos en la mesa, lo confirmamos. Es un lugar para venir y quedarse. 

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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