San Fernando, en el origen del grito con el que la Selección de baloncesto salta a jugar: "1, 2, 3, ¡muro!"

El combinado mantiene casi dos décadas después el grito "muro" antes de saltar a la cancha, que hace referencia al exterior del hotel donde se alojaron en diversas concentraciones.

Gasol, en el centro, con la Selección.
Gasol, en el centro, con la Selección.

El complejo deportivo, comercial y turístico de Bahía Sur ha sido un habitual en las concentraciones veraniegas de la Selección Española de baloncesto desde hace ya muchos años. En ese polideportivo fueron haciendo sus primeras apariciones con la camiseta roja muchos de los habituales que han hecho historia. Una generación forjada tras la victoria del Mundial Junior en Lisboa, donde en la final los Gasol, Navarro, Calderón, Felipe Reyes o Raül López se impusieron a Estados Unidos por primera vez.

El salto de aquellos jugadores fue desplazando a la generación previa, la que había quedado subcampeona de Europa con Alberto Herreros o Alfonso Reyes poco antes. Así, en 2006 llegaría el primero de los dos Mundiales, muchas medallas de oro en Europeos y dos finales contra Estados Unidos en Juegos Olímpicos, ocasiones en las que fueron auténticos Dream Team con Bryant o Lebron James, leyendas de la NBA, y que estuvieron cerca de sucumbir ante España.

En aquellas primeras concentraciones previas a los campeonatos de inicios del milenio se generó una unión muy importante, que dejó huella en el equipo. Animados por las marismas de la Bahía, el recuerdo de aquellas semanas de ensayos aún pervive y pervivirá. 

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El muro del hotel en Bahía Sur.

Porque como muestra el documental La Familia, que puede verse en cinco capítulos en Amazon Prime, producido también por Mediaset en colaboración con la Federación, el famoso grito previo a saltar a jugar, el "1, 2, 3, ¡muro!" no es solo un ánimo para "defender", como dejan caer algunos jugadores. Es Álex Mumbrú el creador de ese apelativo, y tiene que ver con un muro que saltaban en el hotel de concentración en algunas noches en las que, con apenas 19 ó 20 años, algunos jugadores saltaban para salir de marcha por el entorno.

No es ningún secreto que los deportistas profesionales, en determinadas ocasiones, rompen con la disciplina de club o selección para trasnochar. Hay leyendas como Mágico González que hicieron de eso una forma de vida. Si bien no es fácil ser discreto midiendo 2,15 metros de altura, conseguían escapar alguna noche. Ese muro de Bahía Sur es, como confiesan los jugadores, origen de un grito de guerra que sigue aunque la generación que lo puso en marcha prácticamente se haya retirado. Solo queda de aquel Mundial Junior el genio Pau Gasol, que disputará los JJOO de Tokyo con más de 40 años, en la que será, todo apunta, su última participación con una selección a la que ha dado la gloria.  Si para algo sirvieron aquellas noches de marcha, seguro, fue para unirles más, porque el desgaste de trasnochar nunca se les notó en los momentos clave.

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