Comer en el avión se ha convertido en un lujo que no todo el mundo se puede permitir debido a sus desorbitados precios. Pero sus productos no son la panacea del mercado gastronómico pero suelen estar bien preparados. La famosa piloto de carreras Aimee Woods experimentó lo contrario en su último vuelo. La pasajera se sorprendió al ver lo que le habían traído cuando pidió un bocadillo.
A la mujer, que volaba con Ryanair, le entró un hambre voraz y optó por pedir algo para saciar su apetito. Un bocadillo de bacon, que según compartió en sus redes sociales, dejaba mucho que desear. Considerado por sus seguidores como "el sandwich de bacon más triste del mundo", la barra de ban cortada tenía en su interior dos pequeñas lonchas, nada más.
La piloto pagó 4,71 libras, 5,50 euros pero en su pedido no había ni siquiera lechuga o tomate como complemento. Pese a ello, sus ganas de comer le pudieron y se lo zampó sin rechistar porque se estaba "muriendo de hambre". Eso sí, aunque no lo devolvió, pidió un reembolso del bocadillo.
Acto seguido, compartió su desagradable experiencia con la autora Liz Nugent, que se quedó en shock cuando vio la foto del pedido. Los usuarios criticaron a la compañía, algunso en tono irónico, por vender el bocadillo. "Es como un experimento mental sobre hasta qué punto se puede reducir el concepto de 'sándwich de bacon' antes de que se desmorone. Estoy disfrutando del nuevo papel de Ryanair como filósofos de vanguardia", dijo uno de ellos.
Aimee asegura que el problema con el bocadillo no arruinó su vuelo. "Me pareció divertido y un poco caro. Aunque me lo comí. Dudo que la gente reserve un vuelo basándose en la calidad de un sándwich para ser justos", concluyó.
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