Ruby Meeden y su esposo Aaron han vivido un desagradable episodio en un restaurante de Washington, Estados Unidos. El matrimonio se reunió con sus familias en el local, sin embargo, ella sufrió una situación indeseada. Su bebé, de apenas 4 días, tenía hambre y empezó a darle el pecho de cara a la pared, para no llamar la atención. Justo en ese momento, el propietario del establecimiento se percató y no dudó en pedirle que se fuera de allí.
Sin dar explicaciones, el dueño se acercó a ellos y les dijo que "nunca regresaran". Después de estar 45 minutos en el restaurante, no tuvieron más remedio que abandonar el sitio. En cuanto salieron, Rudy y Aaron escribieron una reseña negativa en Google para dar a conocer el incidente. "Nunca nos dieron una razón de por qué, así que dejamos una reseña en Google. Una estrella", explicó el esposo en Komonews.
El propietario respondió al comentario que le habían dejado sin escrúpulos. "Gracias, nunca más traigas a tus mocosos a amamantar aquí. Mi restaurante, mis reglas. Sé como gente decente no como animales, hay lugares para todo y este lugar no es para amamantar a tus hijos, lo siento", recoge ABC.
El matrimonio compartió en Facebook su experiencia provocando la furia de muchas madres que no daban crédito a lo que había sucedido. Algunas de ellas incluso quedaron para protestar frente al restaurante. Ante la polémica desatada, el establecimiento decidió cerrar antes de lo previsto y mantenerse el resto del día con pedidos solo para llevar. Además, acabó eliminando sus perfiles en redes sociales.
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