San Gaspar del Búfalo (1786-1837) nació en Roma en el seno de una familia profundamente cristiana. Desde su juventud se sintió llamado al sacerdocio y, tras su ordenación, destacó por su don de palabra, su entrega pastoral y su profunda devoción a la Sangre de Cristo, símbolo del amor redentor de Dios.
Vivió tiempos convulsos, marcados por la ocupación napoleónica y la inestabilidad política, pero nunca abandonó su misión evangelizadora. Su pasión por renovar la fe del pueblo lo llevó a fundar la Congregación de los Misioneros de la Preciosísima Sangre, destinada a predicar retiros y misiones populares, recordando a los fieles la fuerza salvadora del sacrificio de Cristo.
Gaspar fue un sacerdote de oración intensa, humildad profunda y compromiso firme con los más pobres y necesitados. Su espiritualidad centrada en la cruz y la reconciliación lo convirtió en un modelo de servicio y esperanza. Murió en Roma el 28 de diciembre de 1837, dejando una huella imborrable en la Iglesia.
Otros santos y beatos conmemorados el 21 de octubre
- San Hilarión el Grande: abad palestino del siglo IV, considerado padre del monacato oriental. Abandonó las riquezas para vivir en el desierto, entregado a la oración, el ayuno y la contemplación.
- Santa Úrsula y compañeras mártires: según la tradición, una joven princesa británica que, junto con un grupo de doncellas cristianas, sufrió el martirio en Colonia por mantenerse fiel a su fe.
- San Wendelin: ermitaño y pastor del siglo VI, venerado en Alemania como protector de los campesinos. Vivió con gran humildad y sencillez, consagrando su vida a la oración y al trabajo.
- Beato Pedro Calungsod: joven catequista filipino del siglo XVII, misionero entre los pueblos de las Islas Marianas. Fue martirizado por anunciar el Evangelio y es hoy símbolo de la fe joven y valiente.
- San Viator de Lyon: diácono del obispo Justo, lo acompañó al desierto de Egipto y fue ejemplo de fidelidad, humildad y servicio.
- San Malco de Maronia: monje sirio de vida austera y oración constante, modelo de perseverancia y fe en la adversidad.