La hemeroteca y los hechos de la historia reciente acreditan que Podemos construyó un espacio de izquierda transformadora que superó, con éxito, el esquema clásico hasta ese momento conocido. Corría el año 2015, Izquierda Unida era el referente de la izquierda a la izquierda del PSOE que, junto a este, ha sido parte integrante en distintos gobiernos a diferentes niveles, sin embargo, lo que trascendía era una labor de soporte del partido socialista que siempre difería a otro momento todo aquello que suponía un cambio real de las cosas. Esa forma de conformarse llevó a Izquierda Unida a casi la desaparición.
En este contexto nace Podemos, que desde su comienzo ha sido objetivo a batir por el régimen del 78 que vio como su bipartidismo saltó por los aires. A partir de ahí, se orquesta la cacería por la derecha mediática con noticias y denuncias falsas, especialmente contra Pablo Iglesias, en la que han participado el ministerio del interior de Jorge Fernández, falsos periodistas, policías y algunos jueces. Los audios del policía corrupto Villarejo, colaborador de unos y otros, así lo certifican. La progresía mediática también se apuntó a tan vergonzosa tarea contra el partido morado y sus dirigentes, a lo que el PSOE contribuyó.
Eso no impidió que el espacio liderado por Pablo Iglesias se abriera a otras formaciones políticas y así nació Unidas Podemos que, dicho sea de paso, fue balón de oxígeno a Izquierda Unida. La inclusión de esa formación política sirvió de excusa para Iñigo Errejón en 2019 para salir de Podemos, crear Más País junto a Manuela Carmena en plenas elecciones municipales y autonómicas, dejando a Podemos sin posibilidad de reacción. El resultado es que la extrema derecha madrileña se hizo con los gobiernos municipal y autonómico de Madrid y hasta hoy.
Unidas Podemos se sustentaba en el concepto de unidad de acción política respetando la autonomía de las organizaciones políticas que lo integraban, cuyo objetivo principal era llegar al gobierno de España, para ello, elaaboró un programa de gobierno centrado en las personas y alternativo a la socialdemocracia complaciente representada por el partido socialista. El objetivo se cumplió y se formó el primer gobierno de coalición progresista desde la II República y la recuperación de la democracia, a pesar de Izquierda Unida que defendía su tesis histórica de apoyar al PSOE en base a un acuerdo programático. Lo que provocó la salida de Yolanda Díaz de Izquierda Unida.
En este contexto, Yolanda Díaz, una perfecta desconocida hasta entonces, ocupa la cartera del Ministerio de Trabajo, a propuesta y con el apoyo expreso de Podemos. La relación, la sintonía política y personal entre aquella y Pablo Iglesias, Ione Belarra e Irene Montero se evidenciaba como muy buena. El espejismo duró un telediario. Todo cambió a partir de que Pablo Iglesias tomó la decisión de dimitir y le confió Unidas Podemos en funcionamiento con el objetivo ampliar el espacio y mejorar su funcionamiento. No para destruirlo.
Qué ha hecho Podemos para recibir tanto desprecio, por Yolanda Díaz. A decir sus propias palabras le sentó muy mal ser propuesta como líder de Unidas Podemos, pero lejos de rechazar tal candidatura, que hubiera sido lo lógico si tan indignada se sentía, sus pasos se dirigen en la dirección no en la de seguir construyendo y mejorando el espacio que le fue confiado, sino el de dinamitarlo, abriendo una “escucha” que pone en solfa al partido que le entregó sin condiciones Unidas Podemos y que la hizo ministra en contra del suyo.
Seguidamente, abandera Por Andalucía arrinconando a Podemos, el resultado no pudo ser peor. Luego, en lo de Évole afirma que el partido morado es prescindible, para después dar la espalda a sus compañeras de gobierno en la defensa de asuntos vitales como la Ley de la vivienda. A, Irene Montero, la humilló públicamente al no acompañarla en la defensa de la Ley del Sí es Sí alineándose con las tesis del PSOE. Yo, que he militado en el sindicalismo de clase, al igual que Suso Díaz, el padre de Yolanda Díaz de cuyas enseñanzas presume a menudo, sabemos que no dejar tirados a los tuyos es seña de fuerza, identidad y lealtad, por muy atractivo que sea el canto de sirena.
Se constituye el partido instrumental Sumar y Yolanda Díaz con la alabanza mediática, exteriorizando la intención de debilitar a Podemos, cuyos dirigentes son por un lado vetados y por otro relegados. El motor Podemos se queda en boxes. Con esas mimbres se acude a las elecciones generales con una errática y plana campaña electoral de Yolanda Díaz, que no ha querido rentabilizar los logros legislativos de Unidas Podemos. El resultado, obviamente, no ha cumplido con las expectativas, si bien, los errores del pinocho Feijóo, la entrevista de Silvia Intxaurrondo, el debate a tres en TVE, donde, en parte, Yolanda Díaz rompe con la monotonía y sobre todo la movilización del voto feminista, salvan los muebles, pero muy lejos de los resultados de Unidas Podemos. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas. No obstante, Podemos, contra pronóstico, ha resistido y sigue muy vivo. Sus cuatro diputadas y su diputado, así lo evidencian.
Que, Yolanda Díaz debería llegar a un acuerdo con Podemos, sin vetos, antes de afrontar la negociación inmediata con el PSOE, no sería más que un acto de realismo político, que ese acuerdo debe incluir a Bildu y Esquerra Republicana es ser fiel al mandato de las urnas, donde las personas electoras en esos territorios han hablado alto y claro en favor de ese pacto, del que Andalucía, como nacionalidad histórica que es, no puede quedar desvinculada, sobre todo porque aporta cohesión y equilibrio a la dirección de estado, que es plurinacional y federalista.
Y, si hay que repetir elecciones generales, Yolanda Díaz no podrá imponer vetos, ni tendrá excusa para no celebrar primarias y, el motor Podemos debe salir de boxes y situarse en modo pit lane, aconsejado por la experiencia vivida.
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