El misterioso encuentro de un jerezano con el Mothman

Este enigmático ser, conocido también como el Hombre Polilla, ha sido visto por innumerables testigos en diferentes partes del mundo

11 de noviembre de 2025 a las 09:25h
Hombre polilla.
Hombre polilla.

El 15 de noviembre de 1966 tuvo lugar un acontecimiento sin precedentes en el pueblo de Point Pleasant (Virginia Occidental). Dos parejas jóvenes, Roger y Linda Scarberry, y Steve y Mary Mallete, cruzaban de noche con su vehículo una zona conocida como la Planta TNT, un antiguo depósito de municiones de la Segunda Guerra Mundial, compuesta por túneles y edificios abandonados. Todo transcurría con normalidad, hasta que una extraña criatura hizo acto de presencia frente a ellos. Tenía aspecto antropomorfo, dos metros de altura, con un fino pelaje entre marrón o grisáceo, unas grandes alas plegadas sobre la espalda, y lo más inquietante: unos ojos rojos brillantes. Ante la visión, las dos parejas quedaron exhaustas, y el miedo rompió la tranquilidad de la noche. Decidieron huir a toda velocidad, alcanzando los 160 Km/hora, pero aquel ser extendió sus alas y comenzó a perseguirlos desde las alturas, volando con sus alas extendidas. ¿Qué era aquello? Estaban seguros de que no era ningún animal. Una vez consiguieron desviarse de la aterradora persecución, acudieron a la oficina del sheriff local para denunciar lo sucedido, cuya anotación describía a un "gran ave con rasgos humanos".

Desde ese momento, este ser comenzó a ser conocido como el Mothman, o el Hombre Polilla, por su semejanza con este insecto. Lo curioso fue que centenares de testigos afirmaron haberlo visto las semanas posteriores a los hechos ocurridos a las dos parejas de amigos. La zona de los avistamientos comprendía tanto la mencionada planta TNT, como los bosques cercanos. Los testimonios decían haber visto al Mothman sobrevolar los tejados de las casas, los árboles y sus alrededores. Fue precisamente la prensa local quien bautizó a la criatura de esa forma, traducción de Hombre Polilla, aunque también, en casos puntuales, lo asemejaron con un búho.

Los testimonios sobre su visión se fueron acumulando durante 1967, incluyendo extrañas luces en los cielos, sonidos metálicos, interferencias en los sistemas de radio, e incluso apariciones en domicilios. Pero hubo un momento clave en la línea temporal. El 15 de diciembre de 1967, el puente Silver Bridge, que unía las poblaciones de Point Pleasant con Ohio, se derrumbó en un momento de gran afluencia, causando la muerte de cuarenta y seis personas. ¿Dónde reside el misterio? Pues, en que muchos vecinos afirmaron haber visto al Mothman sobrevolar la zona minutos antes de la tragedia, relacionando su presencia con una advertencia o señal de mal augurio. Tras esto, parece que el Hombre Polilla dejó de aparecer, y los reportes disminuyeron. Fue el célebre escritor John Keel quien popularizó al Hombre Polilla en su libro Las profecías del Mothman (1975), e incluso se lanzó una película en 2002, protagonizada por Richard Gere, titulada de la misma forma. En la serie documental de Netflix, Misterios sin Resolver, aparecieron testimonios más recientes en el tiempo, lo que dio a entender que la figura del Mothman no desapareció del todo.

Experiencia personal de un jerezano con el Mothman.

Dicho esto, mencionar que me encontraba indagando sobre la figura del Hombre Polilla desde hacía tiempo, para contarlo en mi podcast La Noche Infinita. La misma semana que tenía todo listo para la grabación, y de manera paralela, me llegó el mensaje de un jerezano, alegando que tenía una experiencia personal que me quería contar. Noté en su voz cierta intranquilidad, y también miedo, a pesar de que los hechos tuvieron lugar una noche de 2012. Pero en ese momento no me dio muchos detalles, así que decidimos tener un encuentro esa misma semana para que me relatara su vivencia. Un día antes de la grabación de mi podcast, donde, como he comentado, iba a hablar sobre el Mothman, tuve el encuentro con el testigo.

"Fue en el año 2012, concretamente en el mes de marzo. No lo recuerdo bien, pero era principio de semana. Me encontraba en Arcos, junto con unos amigos con los cuales preparábamos un proyecto musical en el estudio de grabación de uno de ellos. Era una zona cercana al lago de Arcos. Aquella tarde era lluviosa, y se nos hizo tarde. Tras la cena, y sobre las once de la noche, decidí regresar a Jerez. Por suerte, había abierto la noche, y partiendo de El Santiscal, y rodeando el estadio, sin necesidad de cruzar Arcos, salí directamente en busca de la carretera. Como el suelo estaba mojado, iba a baja velocidad. En un tramo con arbustos, vi entre ellos y a mi derecha una especie de luminiscencia, algo que no brillaba, pero reflectaba cierta luz por los focos del vehículo. Aquello me pareció raro. Cuando me fui acercando, surgió algo que no olvidaré en mi vida…".

En ese momento, este testigo me muestra un dibujo realizado por él, con el croquis del lugar, y con la criatura con la que se topó. Sinceramente, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. A la derecha de ese documento, el dibujo de un ser antropomorfo, con un pelaje que le cubría todo el cuerpo… ¡Y dos alas enormes! Yo no salía de mi asombro. Estaba viendo exactamente la misma figura que tantas personas describieron allá por la década de los años sesenta en Virginia Occidental. ¿Cómo podía ser posible? En los más de diez años que llevo dedicado al mundo de la divulgación, nunca indagué en la figura del Mothman, y tampoco había recibido ningún reporte cercano. Pero esa semana, y no otra, se dieron estas dos circunstancias a la vez. No salía de mi asombro. Interrumpí la charla del testigo porque, personalmente, me impactaron las circunstancias. Una vez que tomé aire y me repuse, continué escuchando el relato del testigo.

Croquis del testigo.
Croquis del testigo.

"De pronto, emergió de entre la arboleda un ser alado, blanquecino grisáceo, sin rasgos en el rostro, o al menos no se los aprecié. Parecía estar cubierto por pequeñas plumas o pelaje. El aspecto era antropomorfo, y era algo biológico, orgánico, nada relacionado con algo fantasmal ni nada. Eso, lo que fuera, era real, era material. Al aparecer de entre los árboles, se orientó hacia mí. Llegó un momento en el que me asusté, porque creí que me estamparía directamente con él, pero rápidamente, realizó un movimiento descendente y ascendente, y a mí me pasó justo por encima del coche. Lo que más me sorprendió fue que, al sobrevolar por encima, el vehículo, un Audi A4, se tambaleó. También, que en el momento de pasar por encima, pude apreciar que las alas desplegadas sobresalían lateralmente el ancho del vehículo, estimando que podían medir unos dos metros y medio de longitud. Fue todo muy rápido. Di un frenazo, paré en el arcén del impacto emocional, y me fui rápidamente de allí. No sabía que era aquello, pero normal, no era. Me encontré a una patrulla de la guardia civil, y se me pasó por la cabeza parar y contarle lo sucedido, pero decidí acelerar y no volver a parar. Tenía mucho miedo. Llegué a casa, me acosté, y desde entonces, no se lo conté a nadie, ni a mi pareja. Por eso decidí hablar contigo, para desahogarme y soltar este miedo que desde 2012 tenía, y tengo en el cuerpo".

Es difícil transmitir, como siempre digo, la emoción del testigo en estas líneas. La expresión de su rostro, el tono de su voz, la mirada penetrante y transmisora de una verdad… todo ello, forma parte de una vivencia y de una emoción interna que los que no hemos vivido tales experiencias, se nos hace difícil de comprender. Pero aquí un servidor intenta, en primer lugar, comprender al testigo, por muy absurdo que pueda parecer su relato. En segundo lugar, contar lo sucedido y contrastarlo con otros casos similares. No tengo reportes cercanos sobre esta figura, tan solo aquellos que se vivieron en la localidad de Point Pleasant en la década de los años sesenta.

Desde estas líneas, hago un llamamiento a los lectores: ¿Alguno de vosotros ha tenido un encuentro con este extraño ser?

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