Fachada de la Cartuja de Jerez.
Fachada de la Cartuja de Jerez.

Podría tratarse de un lugar cualquiera, pero no lo es. Las leyendas, como bien sabemos, son historias cuyo origen es desconocido, van cambiando su contenido y magnificando su relato, pero están ahí, formando parte de una zona en cuestión, y provocando que aquella persona que transite por sus inmediaciones observe el entorno de una manera diferente, con más inquietud si cabe. Pertenecen a la cultura de muchos lugares, adornando su historia con otras bien diferentes.

En las inmediaciones del Monasterio de la Cartuja de Jerez de la Frontera ocurre algo parecido, y siempre han existido misteriosos relatos enmarcados en sus aledaños, relacionados con apariciones fantasmales. La ubicación del monasterio no fue ni mucho menos al azar, sino más bien porque en ese mismo lugar, cercano al río Guadalete, se libró la famosa Batalla del Salado en el año 1340, donde las tropas cristianas salieron victoriosas ante los Benimenires, él último reino magrebí cuya pretensión era invadir toda la península ibérica. Una victoria que, según cuenta la historia, fue impulsada por la aparición de la mismísima Virgen, a la cual se le dedicó tiempo después de la lucha una ermita bajo el nombre de Nuestra Señora de la Defensión. Ya aquellos alrededores, como ven, tienen un pasado místico y legendario.

Siempre escuché que, si vas en tu vehículo a altas horas de la noche por la zona que comprende la carretera que une Los Albarizones con el Monasterio de la Cartuja, puedes tener el infortunio de toparte con una especie cortejo de monjes que caminan por el arcén de la carretera, que una anciana te puede abordar si vas en moto, o también extrañas sombras y siluetas que se dibujan en mitad de la noche. Pero, ¿qué ocurre cuando las leyendas dejan de serlo, para convertirse en testimonios reales? Como divulgador de estos temas, a lo largo de estos años he tenido la suerte de toparme con algunos de ellos, provenientes de personas que no tiene nada que ganar dando a conocer sus vivencias, y hablamos de hechos reales, de experiencias que sobrepasan los límites de la realidad y que, a primera instancia, son difíciles de creer.

A principios de 2020 pude conocer de primera mano el testimonio de un hombre de la barriada rural de Las Pachecas, que muy nervioso al recordar lo que le sucedió, me contó lo siguiente:

"Pues yo venía una noche con mi moto desde Jerez, y estaba deseando llegar a mi casa en Las Pachecas. No había bebido ni nada por el estilo, te lo juro que no. Entonces, cuando ya pasé Los Albarizones, y encarando la recta junto al monasterio de la Cartuja, noté como un zarandeo fuerte, y cuando miré de reojo, una anciana se había subido a mi moto. Yo entré en pánico, y a punto estuve de tener un accidente. Pero saqué las agallas necesarias para mirar de nuevo, y comprobé que la anciana portaba una rosa negra en la mano. Acto seguido desapareció, sin más. El camino de vuelta se convirtió en un auténtico infierno".

Esta persona, os lo puedo asegurar, no bromeaba. El tono de su voz delataba un nerviosismo singular, como si hablar de aquella vivencia reviviera en cierto modo ese momento de su vida. ¿Una anciana subiéndose a una moto en marcha? Precisamente, este hecho coincide con una de las leyendas que circundan la zona, motivo para que mi sorpresa fuera mayor al conocer este singular testimonio. Mientras me hablaba, tuvo que realizar varias pausas, puesto que recordar aquello lo ponía bastante nervioso. No es para menos. Este mismo año 2025 publiqué en mis redes sociales un video que me ofreció una jerezana llamada Carmen, a la cual entrevisté junto al Monasterio de la Cartuja. En su relato, me contaba que, en noviembre de 2019, precisamente el Día de Todos los Santos, iba de regreso junto con su padre hacia la mencionada barriada rural de Las Pachecas. En ese trayecto, pudieron ver lo que parecía una especie de monje caminando justo a la entrada del monasterio, en la parte exterior donde se sitúan las rejas.

Testimonios junto al Monasterio de la Cartuja.

Tras la visión, tuvieron la valentía de regresar de nuevo segundos después, y grabar con su teléfono móvil aquella figura, que lucía un atuendo de color blanco y que la testigo describía de la siguiente forma:

"Vivíamos por aquel entonces en Las Pachecas, y aquella tarde noche fui con mi padre al Burger King de Jerez a comer. Cuando veníamos de vuelta vimos una figura por el rabillo del ojo, y nos asustamos un poco. Ante la duda, decidimos dar la vuelta y pasar de nuevo, y esta vez, lo pude grabar con mi teléfono. Cuando nos íbamos acercando, comenzó como a esconderse de la luz del coche. No tocaba el suelo y la vestimenta estaba muy desgastada. Iba flotando, literalmente. A eso que, al continuar grabando, se queda quieta delante de nosotros, mirándonos, o al menos eso parecía, ya que no le distinguíamos rostro alguno. Estaba muy asustada y nos fuimos de allí rápidamente".

Este video superó en mis redes más de un millón de reproducciones, y también fueron numerosas las personas que afirmaban que en la zona habían vivido otros extraños acontecimientos relacionados con sombras, seres con atuendo parecido o muy similar al de un monje cartujano, u otros hechos anómalos. Los comentarios que generó esta publicación no tienen desperdicio, ya que denotan la controversia que puede llegar a generar. Hay de todo, aunque lo que más predomina ante estos casos, es precisamente la incredulidad. ¿Qué era aquella figura? Muchos afirman que podría tratarse de una Hermana de Belén, esta orden que habitaba por aquel entonces el monasterio, aunque las reglas de esta comunidad religiosa no concuerdan con la hora en la que el video fue grabado, que fue sobre las 22.00. A esa hora, las hermanas solían dormir, según sus reglas, para levantarse a las 3:00 a.m. a realizar sus rezos.

Como divulgador, estoy más que acostumbrado a leer opiniones al respecto de casos como los que tratamos hoy. Usuarios que afirman "pues yo he pasado mil veces por ese lugar y nunca he visto nada", cuando lo normal es precisamente eso, no ver absolutamente nada. Lo anómalo, lo que se sale de lo común, es tener una experiencia de este tipo, y eso es precisamente el misterio, el cual llega sin avisar, y que tampoco hace acto de presencia en el momento que queramos.

Lo interesante, dejando a un lado las evidentes burlas volcadas en los comentarios de esta publicación, son los diversos testimonios de otros internautas, que afirmaban haber vivido otras y variadas experiencias en esta misteriosa zona de Jerez de la Frontera. En un futuro próximo, volveré a contaros más casos relacionados con el Monasterio de la Cartuja.

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