Elías Bendodo, consejero de Presidencia de la Junta
Las administraciones públicas tienen la obligación de actuar siempre conforme a lo que diga la Ley. Y esa misma ley les remite, a veces, a procedimientos extraordinarios para llevar a cabo actuaciones con menores garantías legales para actuar con rapidez ante situaciones extraordinarias. Pero debe estar siempre justificado. De lo contrario, implica escapar de los mecanismos de control por una puerta que no corresponde. El caso de las contrataciones extraordinarias de la Junta es lo que pone a Bendodo en el ojo del huracán. Porque debe explicar bien si, como ha vuelto a hacer esta semana, contratar a interinos con ofertas por orden de llegada y sin mérito más allá de cumplir con los mínimos de la oferta pública, fuera de la bolsa que unificó la Junta en enero, está justificado. Es la enésima vez que en los últimos meses saca plazas masivas el Gobierno andaluz, en esta ocasión más de un centenar para todas las provincias. Y si está pensando que serían para docentes, no, no es el caso. La Junta debe ser más transparente o, de lo contrario, estando ya el asunto judicializado, puede convertirse en la mayor mancha que deje la actual legislatura. Porque las puertas están abiertas en la administración pública para los enchufados con estas ofertas. Si las han usado o no, parece, acabará siendo un juez el que lo aclare a este paso.
Fernando Simón, responsable técnico de la crisis sanitaria en España
El doctor Simón lleva meses de mucho trabajo. Habrá quien opine que ha sido bueno o malo, pero no hay que olvidar que en los peores meses de crisis, y desde antes, dio la cara diariamente y coordinó muchas de las medidas en el mayor reto que tiene por delante el país en años. Cada cual, que opine (especialmente los expertos). Pero en este mundo actual en el que la imagen cuenta más que nunca antes, tener un tropiezo tan descomunal como es ir a grabar un programa de Cuatro haciendo submarinismo en Baleares es difícil de olvidar. Tiene derecho a vacaciones, pero quizás no ahora, y si tiene que ser ahora, no alardear como si nada pasara era lo más responsable. La capital se confina por zonas, los brotes en las residencias se multiplican, cada día se baten récords de PCR positivas y las clases, la mayor incertidumbre sobre la nueva normalidad, acaban de empezar. Ahora hace falta Fernando Simón. Y si estamos todos en el mismo barco, el capitán no puede irse a tomar el sol. Y que lo haga frente a los pasajeros. Quizás España no haya chocado con un iceberg, o quizás sí y nos encaminemos a otro confinamiento, pero es una frivolidad hacer lo que ha hecho cuando muchos se sienten en el Titanic.
Juan Cadenas, ex Policía Local de Puerto Serrano
Su pelea es encomiable. Ha tenido que enfrentarse a muchas injusticias desde que la agresión que sufrió por parte de Los Cachimba en la detención de uno de ellos le costara un ojo y, por suerte, no la vida. No puede ejercer como Policía, pero el anterior gobierno de Puerto Serrano tiró por lo bajo para otorgarle la indemnización que al menos le permitiese reparar parcialmente el daño sufrido. La clave está en que el Consistorio le falló porque las instalaciones donde trabajaba, una antigua estación reconvertida en Jefatura precaria, fue la clave para que los criminales, que ya fueron condenados, le clavaran un cristal en el ojo con saña, que por poco no le llegó al cerebro. Un juzgado le acaba de dar la razón. Un servidor público que no contaba con herramientas adecuadas, que de tenerlas seguiría trabajando y, por tanto, ganando ese dinero, y por tanto, al no ser él responsable de nada más que de jugarse el cuello, había una deuda con él que ha tenido que ser un juzgado la que obligue a pagar.
Ana Blanco, presentadora de TVE
La periodista roza ya las tres décadas presentado los informativos de La1. Por más que Torrespaña esté en llamas periódicamente, ella siempre ha seguido al pie del cañón. Ha mantenido un perfil bajo, sin significarse, sin ganas de protagonismo, en la hora de información más vista de los últimos 30 años en el país, aguantando el envite de la llegada de las privadas cuando ella comenzaba. Los críticos la acusan de ponerse de perfil. Pero la realidad es mucho más compleja que eso, pues es difícil ganarse el respeto de tanta gente en una redacción, y ella lo ha conseguido. El día que escriba unas memorias bien profundas, que debería hacerlo en el futuro, será uno de esos momentos que pueden cambiar todo, porque ha sido testigo de millones de historias, y siempre en la primera línea, de pasillos, presidentes, ministros y otras compañías que tiene una periodista como ella. Y cuando lo haga, seguro, tendrán toda la credibilidad, la que mantiene como presentadora. Pase lo que pase, ahí ha estado contando lo que pasaba. Esta semana le han otorgado el premio Jesús Hermida de la Academia de la Televisión. Lo aplaudimos.
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