Javier Imbroda, consejero de Educación y Deporte
El responsable político de Educación está de perfil en una crisis -una más- dentro de su Consejería. Esta vez, por las desastrosas pruebas realizadas en la oposición a Secundaria, donde en varias especialidades y sedes se produjeron situaciones que ponen en cuestión todo el proceso. Preguntas mal redactadas, criterios diferentes en cada lugar para resolverlo, negando el derecho a contestar a una pregunta o cambiando las posibilidades durante el examen, dar más tiempo para sobreponerse a la situación o no hacerlo... No había oposiciones desde 2018, tres años de trabajo para un proceso donde la objetividad debe primar. Un participante, al conocer la nota, podrá alegar que tuvo menos oportunidad que compañeros de otras sedes y obligar de nuevo a hacer la prueba, con lo que eso genera. Una oposición es un proceso complejo, pero debe resolverse con prontitud para que el daño no sea menor. Ha pasado en inglés y plástica. Pueden ser más los casos. Debe actuar.
Alberto Gutiérrez, presidente de Airbus
El inevitable cierre de la planta de Airbus en Puerto Real es un asunto duro para la Bahía. Por eso, hay que tener elegancia tanto en formas como fondo. No vale que un responsable de una entidad con capital público realice declaraciones amenazantes a la plantilla. Ha exigido a los sindicatos que colaboren o se lleva a la plantilla a Getafe. Hablamos de familias, de personas, no de números. La situación seguro que no es sencilla dentro de la empresa, pero no se puede usar así la amenaza a los trabajadores. ¿En qué pensaba? Esa amenaza podrá surtir efecto en una mesa de negociación, pero desde luego deja a la empresa ante la opinión pública en muy mal lugar. Porque demuestra lo que se sospechaba: a Airbus le trae sin cuidado un cierre o una apertura. Y de una empresa donde tiene participación el Ministerio de Hacienda hay que pedir más. Por lo menos, estar a la altura de las circunstancias, de la dramática situación que vive la zona.
Jesús Aguirre, consejero de Salud y Familias
Lo peor de la pandemia, parece, ha pasado. Esa es la mejor noticia. Y es gracias a la llegada de la vacuna. Politizar el proceso no es algo positivo. Lo ha hecho en más de una ocasión Elías Bendodo, consejero de Presidencia, o incluso de forma velada el presidente, Juan Manuel Moreno. Pero Aguirre ha sido mucho más técnico, más colaborador. Las cifras hablan de un avance de la vacunación en Andalucía muy importante. Habrá muchos detalles a resolver, pero sin duda lo ha hecho mejor que otras comunidades autónomas. Aguirre ha trabajado en ese proceso, ha sabido ceder decisiones al SAS cuando era necesario, y hasta ha pedido disculpas cuando algo ha salido mal. Ha capeado fallos en comunicación, como el asunto de los culillos, que no supo explicar. Pero los retos han sido tantos, se ha movilizado a tanto personal, a tantas administraciones, que dentro de que hay muchas cosas que podrían haberse hecho mejor, no hay nada más cierto que una comunidad como Andalucía, de 8,5 millones de habitantes, donde hay tanto zonas muy populosas como zonas muy deshabitadas, está llegando la vacuna. Un buen trabajo a reconocerle.
Riki Rivera, músico
El gaditano tenía el reto de poner música a una película, Operación Camarón, que sin ser un musical se le parecía. Siete canciones para un grupo ficticio de flamenco-trap, adentrándose con humor en el género, exagerando pero siendo efectivo... Tenía muchos matices el trabajo y, al final, hasta ha dejado una canción que sonará en discotecas,Chico Perfecto. Demuestra su versatilidad, su profesionalidad, su trabajo y su talento. Casi más difícil podría resultar el hacer la música a una comedia con pretensión taquillera que a una cinta de autor. Ya se llevó un Goya a mejor canción por El Niño. Aspire o no a ello -el género utilizado quizás no ayude, o sí, quién sabe-, el trabajo artístico queda patente. Porque eso es Rivera. Un gran artista. Un gran músico, fresco y habilidoso.