Día 1: comprar pan está muy cotizado dame cinco barras, pero que estén blanquitas. El pollo es el animal muerto más cotizado, entero, la pechuga, lo que sea pero buen pollo de corral o de campo, da igual. En los establecimientos los palés de papel higiénico causan furor, la llegada de una nueva remesa es anunciada por los altavoces de los supermercados e inmediatamente una larga fila de entusiastas clientes apuran lo que ya es un auténtico commodity en este estado de alarma. Nunca el pueblo español tuvo tanta precaución en tener bien limpio el culo. Podremos contagiarnos, morir heróicamente de un virus traicionero pero, eso si, con la mudita limpia y el culito sin mácula.
En este primer día se ha notado ya una disminución clarísima de viandantes. También hay menos tráfico, menos contaminación, y sí que muchas personas procuran salvaguardar la distancia mágica de un metro de distancia que supuestamente es la mínima que requerimos para evitar el salto mortal del bicho de una persona a otra.
He leído la prensa en Internet, estoy deleitándome con lo que en Facebook o Twitter se publica, y he llegado a la conclusión de que, tal y como me lo imaginaba, España es diferente: por un lado la oposición criticando al gobierno porque no decreta el estado de alarma pero cuando lo decreta lo critica también. Hay un señor de la ultraderecha que se ha pasado todo el año diciendo que los extranjeros nos contagian sus enfermedades y coge el tío y se dedica a contagiar a toda su militancia. También lo he leído decir que está en su casa cogiendo anticuerpos españoles. Este hombre es un crack. También he leído que el Obispado dice que seguirán dando misas y que el lunes decidirán si hay procesiones en Semana Santa, y es que según escuché a alguno decir no hay ningún problema porque a los santos no les infecta el virus. ¡Cofrades a la calle! Un angelito.
Y algo que es común: todos piden que aumenten los médicos y enfermeros, que doten más a los hospitales. Eso está bien, lo paradójico es que lo piden los que desmantelaron el sistema público de salud, echando a la calle a los profesionales y recortando en suministros. Incluso algunos prebostes de la extrema derecha decían que había que eliminar la sanidad pública y ahora corren como conejos buscando un hospital. También he leído que muchos liberales de estos que pregonan el estado mínimo y que están en contra de cualquier tipo de subvención —mamandurrias, dicen ellos— y ahora claman porque el estado se haga cargo de sus impuestos, sus débitos, sus trabajadores.
Esto es España, ni más ni menos. Y como no quiero que piensen que todo es malo también les incluyo en este informe desde mi enclaustramiento el que haya grandes artistas que como nuestro Javier Ruibal va a dar un concierto en abierto desde su casa y emitido por Internet. Nuestro gran escritor Rafael Marin ha dispuesto en su perfil de Facebook todos sus relatos…y así un montón de ejemplos de buena gente que seguro nos harán más fáciles estos días de confinamiento. Yo quiero ser buena persona pero solo os puedo dar este artículo para que en un par de minutos aprovechéis el día. Mi propósito era en este domingo hablaros sobre una efemérides a celebrar el próximo día 19. La Constitución de 1812.
La primera Constitución española que este año cumple 208 años en plena celebración del 200 aniversario del Alzamiento para su restitución por parte de Riego y comienzo del llamado Trienio Liberal. Desgraciadamente la actualidad manda. Quedamos emplazados de todas formas a hablar del hito histórico más importante de Cádiz, un hito que no tiene competencia y que debería ser elemento clave en cualquier planificación cultural, de marca de la ciudad. Pero eso será otro día que llevo un buen rato sin lavarme las manos y como soy un poco paranoico creo que me va a pasar algo. Pasen ustedes un buen encierro, quédense en casa en la medida de lo posible y no gasten mucho papel higiénico que nunca se sabe.
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