Una pareja en Hong-Kong, el pasado 14 de febrero. FOTO: PHILIP FONG / AFP
Una pareja en Hong-Kong, el pasado 14 de febrero. FOTO: PHILIP FONG / AFP

Te lo escribo. Te lo envío a través de todo este misterio que es Internet. Nunca hubiéramos creído que después de tantos abrazos, después de tantos besos, después de esas caricias delicadas, autenticas, no nos quedaría más remedio que amarnos a voz en grito, con palmas encorajinadas a través de las ventanas. Un puñado de buenos sentimientos desde los balcones que no me separan me unen a ti. Quien iba a decirnos que el silencio era la única manera de volver al bullicio, que al Armagedon lo derrotaríamos queriéndonos un poco más, a metro y medio.

Llevamos una semana escasamente de confinamiento en nuestras casas. Solo unas hileras de miedos esperan el pan y otros con pies raudos, con la cabeza baja cruzan, con decisión pero con miedo, el espacio entre la farmacia y un cálido salón. Y mientras, si yo supiera decirte que nada acaba porque nada comienza, y que te lo digo al oído desde la distancia, si puedo, a un metro y medio de ti, te digo que te quiero, que no me digas más solo sonríeme a un metro y medio que es la medida de mis sonrisas, que es la distancia acorde del magnetismos de tus abrazos.

Esta distopía que estamos viviendo ya la viví antaño en tardes de cine, con películas de bajo presupuesto, con cine de palomitas y con Tina Turner anunciándonos el caos de un mundo apocalíptico. Leímos aventuras que nos hacían reír pero que también nos hacían pensar en que solo somos un puñado de miles de millones de cuerpos encerrados en este maravilloso planeta. Somos tan interesantes…y tan frágiles que solo ha bastado un tremendo ejércitos de seres invisibles a nuestros ojos para recordarnos que el roce hace el cariño, que lo besos que no se dan ya no los puedes recuperar, que la vida es una maravillosa oportunidad.

Un metro y medio nos separa, un abismo, pero no hay mayor prueba de amor que la distancia, y en ese tramo insuperable somos invencibles, no pueden competir con nosotros, ni esos virus ni nadie, somos inasequibles al desaliento, al infortunio, porque la distancia nos ha unido ¡qué paradoja! Porque no hay distancia, ni abismo suficientemente grande o profundo que pueda vencer a dos personas, miles de millones, que se aman. El amor es imbatible.

No te sientas mal, lo vamos a superar juntos, como todo.

Estamos a un metro y medio, pero como la tierra con la luna, con los demás planetas, hay una fuerza que nos mantiene unidos, esa fuerza gravitatoria que nos engancha sin la cual nuestros cuerpos, nuestras almas vagarían eternamente por un espacio cada vez más lejano e inhóspito. Pero nuestro metro y medio permanece.

Un metro y medio me permite hablarte, sonreírte, enviarte besos con la mano, saludarte. Un metro y medio es la medida de todas las medidas, ya no hay barra de platino iridio que nos marque la distancia oficial, un metro y medio es la unidad de medida que va desde tu corazón al mío, y es una distancia prudencial para que no tengamos que renunciar al cariño que nos dimos.

Un metro y medio es la magnitud exacta de mis sueños. Una pieza maestra del arte de amar. Un regalo para los cuatro sentidos que el del tacto, que es el quinto, ya lo recuperaremos. Te oigo, te huelo, te saboreo, te veo ¿Qué más quiero si a un metro y medio lo tengo casi todo?

Por las noches cuando tengo mis aventuras oníricas, te como, me alimento de tu cuerpo, te cojo en brazos y salimos cual superman con Lois Lane por todo el universo, nuestro universo, nuestra patria que es el cariño, nuestro hogar que son nuestros abrazos. Sueño que nos tocamos y como si un nuevo Evento Carrington  nos alumbrara con incontables auroras boreales, nos deseamos y nos amamos.

Despierto y sé que es un metro y medio, nuestro metro y medio, la prolongación de mi piel: tu cuerpo

Dedicado a todas las personas que quiero las cuales suman varios miles de millones. Saldremos de esta y algún día, más pronto que tarde, como nos cantó Pablo Milanés Yo volveré a pisar las calles nuevamente y lo haremos todos y podremos decirnos a la cara cuanto nos hemos echado de menos. Todo mi amor para quien necesite amor.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído