Una mujer sujetando un cartel durante la histórica marcha del pasado #8M en Jerez.  MANU GARCÍA
Una mujer sujetando un cartel durante la histórica marcha del pasado #8M en Jerez. MANU GARCÍA

"El machismo es un problema de los hombres que padecen las mujeres" —José Ángel Lozoya

Soy un machista de libro, soy hiriente con las mujeres y las menosprecio en público y en privado. No tengo ningún interés en ayudar en las tareas del hogar, considero que es labor de las mujeres, y aunque los dos trabajemos fuera de casa el mismo número de horas, esas cuestiones no son trabajo, y les corresponden a ellas. No me gusta que las mujeres hagan actividades fuera de casa, y menos, cosas que son naturales de los hombres, como jugar al fútbol, ir al estadio..., ellas no entienden; o beber cerveza. No me importa que salga con sus amigas, pero me preocupo por ella, y me gusta llamarla para saber con quien anda en cada momento. No creo que deban opinar sobre cuestiones que no son de su competencia. En mis discusiones con mujeres, suelo llevar siempre razón, ellas rápido se ponen histéricas y no atienden a razones. Mi madre se dedicó siempre a nosotros, y no contradijo nunca a mi padre, y mucho menos en público.  Las mujeres no están preparadas para hacer trabajos técnicos, ni de fuerza, se empeñan en conducir y son un peligro al volante. Son gastosas, malas administradoras, y derrochan el dinero en ropas y cosas innecesarias. De la compra de los electrodomésticos de la casa nos tenemos que encargar los hombres, sin consultarles, ellas no están preparadas para entender esos asuntos.  No entiendo de qué se quejan las mujeres que trabajan, nadie las ha obligado. Ellas se lo han buscado y han de aguantarse. Por eso tampoco vale que protesten por estar embarazadas y tener que trabajar. Que no lo hagan, y se dediquen a lo que deben dedicarse, y no desatender sus obligaciones. En el fondo no hay quien las entienda. No me gusta que mi pareja se ponga ropas provocativas. Algunas van por la calle como putas. Reconozco que me gusta mirarlas, los ojos son libres, no tenemos la culpa de que vayan así. Luego pasa lo que pasa, y al final la culpa siempre es de los hombres. A ellas no les ocurre nada por ir provocando de esa manera. Que hacemos quedarnos parados, somos hombres. Después se enteran las feministas y empiezan con eso del machismo, el patriarcado, el acoso, la violencia de género, y todas esas tonterías que se inventan. Los piropos son naturales. Siempre han existido. No hay nada más agradable que una mujer bonita. A nadie le amarga un dulce, no sé porque hay que prohibirlos. Es el colmo de la estupidez. Y la moda de elegir el orden de los apellidos de los hijos, otra prueba más de sus verdaderas intenciones, alterar el orden de las cosas buscando siempre su interés. Soy partidario de la igualdad, pero cada uno en su sitio, no somos iguales, tenemos distintas naturalezas y servimos para cosas diferentes. Pretender igualarnos es ir contra lo natural, igual que nosotros no podemos tener hijos, ellas no pueden hacer ciertas cosas para las que no están capacitadas.  Ser machista no es ningún delito ni algo negativo, es admitir la realidad, que el hombre es superior a la mujer, es lo natural en nosotros, ser machos. Somos fuertes, no lloramos, ni nos andamos con mariconadas. Ellas son débiles y lloronas, y eso nos diferencia.  En el autobús y en el metro me gusta sentarme cómodo, siempre lo he hecho, con las piernas abiertas, no molesto a nadie, y a quien no le guste que no mire. Hay algunas mujeres que van enseñándolo todo, y no podemos ni mirarlas, porque rápido nos acusan de estar acosándolas. Qué es eso de la sororidad, andan todo el día inventando a su antojo palabrejas nuevas con las que empoderarse. Vivimos en una sociedad que ha tomado claramente partido por las mujeres, posicionándose a su lado, y en contra de los hombres, que parece somos los responsables de todo lo que sucede. A las feministas lo que les sucede es que son unas reprimidas, feas, machorras, lesbianas, y nadie las quiere. Ellas y los homosexuales son los responsables del sin sentido de esta vengativa cruzada anti-hombre, que solo busca arrebatarnos nuestros derechos. Es la auténtica verdad.
Este no es mi pensamiento, pero estoy convencido de que es el de muchos hombres a los que escucho, leo, y con los que convivo
No soporto a esos hombres que se llaman feministas. De que van, las defienden a ellas, y nos atacan a nosotros. Son como los conversos, o los ex fumadores. Además no entiendo cómo se puede ser hombre y feminista, es algo contradictorio. En el fondo son maricones y no lo quieren reconocer, eso es lo que les pasa. En verdad este no es mi pensamiento, pero estoy convencido de que es el de muchos hombres a los que escucho, leo, y con los que convivo. Por eso pienso que es importante que la sociedad hoy ya no les permita comportarse como son. Pero que no los veamos o escuchemos, no significa que no existan muchos con estos pensamientos.  Lograr el cambio en los hombres es una de las grandes y necesarias batallas que el feminismo, entendido como movimiento que aspira a la igualdad, debe acometer. Pero no es una tarea que debamos imputar a las mujeres, bastante tienen con luchar contra las discriminaciones y violencias estructurales que día a día padecen, como para además tener que ayudarnos, es nuestra responsabilidad individual y colectiva si de verdad hemos asimilado la  idea y la causa de una sociedad igualitaria entre mujeres y hombres.  Pero debemos hacerlo sin olvidar que la mayor discriminación que sufren los seres humanos, la que de verdad nos condiciona la vida, no es haber nacido mujer, negro, transexual, o de cualquier etnia, sino la clase social de la que provenimos. De nada nos servirá lograr la igualdad real entre hombres y mujeres, si las diferencias de clases que impiden la verdadera igualdad entre las personas siguen existiendo.

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