¿Tiene sentido así la Pisa de la Uva? ¿Con cantaores y músicos en sillas de plástico y el público 'de siempre'?

El evento parece que se sostiene por añoranzas de otros tiempos, pero ha llegado el momento de darle una vuelta, aunque sea solo en los detalles, para que no empeore año por año

03 de septiembre de 2025 a las 16:08h
Bendición en la Pisa de la Uva.
Bendición en la Pisa de la Uva. MANU GARCÍA

Hay tradiciones que tienen su valor por mantenerse inmutable, o casi inmutable, con el paso de los años. En Andalucía, tierra de tradiciones, algunas no tan antiguas pero arraigas, y otras casi desarraigadas pero muy antiguas, hay ejemplos de todo. Un ejemplo de algo que casi ha muerto y que ni era tan antiguo es la Feria del centro de Málaga, para volver al recinto de toda la vida. Un ejemplo de cómo una estética concreta se gana su sitio es que en la Final del Falla en Cádiz se ponían de siempre macetitas de flores que llamó la atención el año que dejaron de ponerse,

En Jerez, tenemos luces de Feria que han cambiado y se genera un debate, que va más allá de si son led o no. Todo, sabiendo que era necesario cambiar la iluminación por una cuestión ya incluso de seguridad, no solo de eficiencia. A la vez, hay calles que nadie se atreve a pedir que se cambie el nombre, porque tienen vocación de ser inmutable. Y hay quien no entiende la actual Semana Santa porque considera que son muchas más hermandades que cuando iba de la mano de sus abuelos al centro a ver pasos -Dios me libre a mí de opinar de eso-.

Y este martes se celebraba la Pisa de la Uva, que uno no sabe bien dónde enmarcarla. Si tradición verdaderamente, si está arraigada, si no lo está... Que se hace todos los años, lo sabemos, lo cual lo mete en el saco de lo tradicional por habitual, como poco. ¿Pero es una fiesta? ¿Es verdaderamente un evento? Por su origen, debe ser el pistoletazo de salida a todo lo que traía socialmente el hecho de recoger la uva, que por cierto es cada vez más tempranera, y se desliga el tiempo agrícola del tiempo festivo social.

‘El Mijita’ con Pepe del Morao al fondo a la guitarra, en la Pisa de la Uva de este martes.
‘El Mijita’ con Pepe del Morao al fondo a la guitarra, en la Pisa de la Uva de este martes. MANU GARCÍA

Estamos en un tiempo en que los ayuntamientos trabajan sin descanso para atraer a sus propios vecinos a las calles. Solo hay que mirar uno de los mejores ejemplos, San Fernando, referente en lo lúdico por cómo le han dado la vuelta a la ciudad como un calcetín, sacando además un orgullo isleño que su gente había tapado durante mucho tiempo. Es importante tener un buen calendario de propuestas, no solo porque lo agradezcan los comercios y hosteleros, sino porque lo agradecen la vida, los vecinos. Indudablemente, Jerez está haciendo una buena apuesta con las Fiestas de la Vendimia para que no decaigan. Claro, no se puede comparar con lo que mueven las Zambombas o la Feria, pero ahí está el programa y se agradece.

¿Pero la Pisa de la Uva? ¿Tiene sentido llevar a cabo el evento así? ¿Por ser tradicional debe ser inmutable? ¿No es peor no cambiar cuando te lo pide el entorno? ¿Se está cuidando? Uno no puede más que tener muchas dudas. Primero, por el día elegido. Un martes laborable, previa del inicio de guarderías, mientras hay aún jerezanos de vacaciones con la mirada puesta en la arena. Segundo, por la estética. ¿Es comparable la majestuosidad que pudo lograrse en el pasado respecto a lo de ahora? 

Los artistas flamencos actuando delante de la Catedral
El escenario de la Pisa de la Uva.  MANU GARCÍA

La pregunta es: ¿Qué plan dejaría de hacer usted por ir a la Pisa de la Uva, más allá de porque le retrotraiga a otros tiempos? En una ciudad donde el número de trabajadores de bodegas cayó en picado con los años, hasta ese vínculo se ha ido diluyendo. Y luego está el simple error. Por ejemplo, sentar en sillas de plástico sin ni siquiera una telita al cantaor, al tocaor, a los miembro de la banda... ¿Es esa la imagen que merece el evento?

Por lo tanto, Pisa de la Uva, sí, seguramente, y quizás con un sistema similar al actual, pero con algo más de creatividad y cuidado. Básicamente, porque en esta múltiple condición que creo poseer, la de un jerezano residente en otra provincia, cercano a lo que pasa en toda la Baja Andalucía, creo que haríamos bien en identificar estos errores. Se me hace imposible pensar que en Sevilla, por ejemplo, se hiciera una Pisa de la Uva así. O en San Fernando. Aspiramos a un pasito más con un evento que no se puede sostener en que vaya el mismo público de todos los años y que tenga el mismo eslogan de que nace el mosto nuevo. Si la jerezanía no acude y no se implica, no hay nada que celebrar. Una asignatura pendiente. ¿Quizás en otra ubicación? ¿Quizás un cartel más amplio, o más difundido? Si es un evento en el que solo unos pocos creen, será la Pisa de la Uva de la marmota: todos años lo mismo y todos los años yendo a menos.

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