Las motos inauguran la Temporada Oficial de las Grandes Cifras en Jerez, la TOGCJ. Esta temporada se desarrolla habitualmente entre abril y mayo. Jerez en primavera, vaya. La TOGCJ recoge básicamente las cifras del fin de semana de las motos en su doble vertiente –Gran Premio y motorada- y, por supuesto, la Feria del Caballo. El Gran Premio como tal tiene sus cifras oficiales de asistencia al Circuito, aunque antiguamente los políticos también las hinchaban, y luego están las de los asistentes a la fiesta y la repercusión económica que han generado. Estas cifras, como las de asistencia a la Feria del Caballo, son las que componen realmente el cuerpo de la TOGCJ (por ahora la Semana Santa permanece al margen, aunque su inclusión parece cuestión de tiempo).
Las grandes cifras de la TOGCJ tienen una forma muy peculiar de calcularse, que está siendo objeto de estudio en las facultades de matemáticas más prestigiosas del mundo, que están desarrollando distintos modelos que, por ahora, no terminan de dar resultados. Claro, los genios de los números desconocen que, básicamente, el político o la política de turno en Jerez coge la cifra de asistencia del año pasado a las motos o a la Feria, se mira hacia abajo –y hacia abajo no son exactamente los pies- y año tras año la aumenta un 2, un 5, un 8 por ciento…
Para decidir el porcentaje de crecimiento –aquí nunca hay crecimiento negativo, ese engendro inventado por los economistas- el político se basa en hechos más o menos objetivos (el tiempo, la ocupación hotelera, lo que le dicen los guardias) que mezcla con leyendas, esperanzas, lecturas, órdenes, dos o tres miradas desde el balcón y el grado de satisfacción personal (el suyo), variables todavía imposibles para las matemáticas modernas. Ya sabemos que a las motos han venidos ‘cienes’ y ‘cienes’ de miles de personas que se han gastado decenas y decenas de millones de euros.
Ahora mismo falta por conocer la otra mitad de la TOGCJ, saber cuántos millones de personas van a pasar por la Feria y su impacto económico. Alguien ya ha empezado a mirar hacia abajo mientras tamborilea la mesa.