Sí, Ciudadanos pacta con la extrema derecha porque es de derechas

Sebastián Chilla.

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

Santiago Abascal, de Vox, con su "amigo" Albert Rivera, años atrás.
Santiago Abascal, de Vox, con su "amigo" Albert Rivera, años atrás.
Parece una obviedad, pero no lo es. Al menos no lo es para numerosos tertulianos, analistas y participantes de ese foro público en el que se ha convertido la pactología, la nueva pseudociencia que llena platós televisivos, programas de radio y tribunas libres —y no tan libres— en la prensa. "Ciudadanos pacta con Vox". ¡Oh, qué sorpresa! ¡No puedo salir de mi asombro! ¿Cuántos españoles —y andaluces, que hay que recordar que fue en nuestra tierra donde se quitaron la careta— estarán estupefactos? ¿Y ahora a quién votarán? A Ciudadanos. No se preocupen. Un 2 de diciembre de 2018, una fuerza política filofranquista se coló en el Parlamento Andaluz, una institución que quieren destruir y por la que, por supuesto, también ponen la mano para trincar lo que corresponda. Vox repite la fórmula de aquellos "socialdemócratas liberales" de Ciudadanos, que hace unos años se colaron en el Congreso de los Diputados prometiendo salvar España y regenerar la política española eliminando instituciones como las diputaciones provinciales. Tras las elecciones municipales de mayo de 2019, los naranjitos negocian con el PP para quedarse las diputaciones de dos provincias castellano-leonesas: Burgos y Segovia. ¡Quien les ha visto y quien les ve! ¿Los resultados electorales? In crescendo. En Europa están preocupados. O eso dicen. Ciudadanos, que pertenece al grupo de los liberales y centristas europeos, ha decidido desde los pasados comicios autonómicos andaluces dejarse llevar. La veleta naranja está fija y ya sólo gira hacia la derecha, muy hacia la derecha... y el tiro no le ha salido por la culata. Ya no hay pacto posible con "la izquierda", como hizo con el PSOE andaluz en marzo de 2015 —espera que me echo una carcajada—. Quería decir: ya no hay pacto posible con otras fuerzas parlamentarias que no sean PP y Vox. Dejémoslo ahí. Sí, Ciudadanos pacta con la derecha y con la extrema derecha porque es de derechas. Y pactó con Susana Díaz porque también es de derechas. Pero lo mejor de todo es que le va bien, muy bien. ¿Por qué? Porque Ciudadanos y la mayor parte de sus votantes —generalizar es pecado— son de derechas y entraban entro del voto tradicional al Partido Popular. No hay más. Miren el histórico de resultados electorales y reflexionen. ¿Dónde están los casi 11 millones de votantes que los populares consiguieron el 20 de noviembre de 2011? El PP, con poco más de 4 millones de papeletas el pasado 28 de abril, se ha quedado a casi nada de Ciudadanos —menos de 200.000 votos en el conjunto de toda España—. Juntos suman 8 millones y medio... con Vox, los 11 millones que hace ocho años dieron la presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy. ¿De qué se extrañan entonces? Mientras sea posible y el IBEX 35 no amenace más de lo necesario, Ciudadanos lo tiene claro: su votante no es de centro, ni nada que se le parezca. Es de una derecha —sí, teóricamente europeísta, neoliberal y que se vende como modernita—, que quiere caminar como trapecistas de circo por una fina cuerda que les lleve al palacio de San Telmo, a La Moncloa y allá donde, sin escrúpulos, puedan tocar poder. Se trata de llegar a las alturas. A este espectáculo, tan poco original en su esencia, han asistido algunos despistados que compraron una entrada que decía "GRAN Y NUEVO CIRCO ESPAÑOL". Pero al público se le empieza a torcer el gesto. El show parece el mismo de siempre. Entre bambalinas, los gestores se preguntan hasta cuándo funcionará el invento.

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído