Se quema España: colaboración, toda. Exigir responsabilidades, también

No podemos mirar hacia otro lado cuando no hay incendios activos y nada se hace para mejorar la situación laboral de los bomberos ni se invierte en mantener el monte limpio y prevenir incendios venideros

15 de agosto de 2025 a las 11:37h
Un hidroavión ayuda a extinguir las llamas en Atlanterra, Tarifa.
Un hidroavión ayuda a extinguir las llamas en Atlanterra, Tarifa. A. CARRASCO RAGEL / EFE

España entera está ardiendo. Lloro por la tierra de mi familia materna, la Montaña Palentina, asolada por dos incendios que jamás habíamos visto. Por Las Médulas, por Castilla y León por cada uno de los puntos de España afectados por las llamas. Estas son las líneas que más me han costado escribir. Pero aún en momentos tan delicados y sensibles como estos, es necesario hacer pedagogía. Porque no se puede tolerar que nos traten por tontos y, quienes son los responsables, intentar echar balones fuera. Aunque, por ser de donde procedo, me centre más en mi comunidad autónoma, este artículo se puede extender a cualquiera de los puntos donde está habiendo incendios. 

No cabe duda de que en crisis como estas hay que colaborar al máximo. Siempre. Igual que en otros desastres como la dana. Y se está haciendo. Bomberos de todas las administraciones, desde las locales hasta la nacional, pasando por las autonómicas, están colaborando en las labores de extinción. Quienes están en primera línea son nuestros héroes anónimos. Por desgracia, ya hay que lamentar daños personales. Pero no hay que olvidar que es esta última administración, la autonómica, la competente en la gestión de la actual crisis y en la labor de mantener nuestros bosques en unas condiciones óptimas para que esto no ocurra. Quiero compartir diez puntos clave con los lectores:

1. Tanto la Constitución española como los Estatutos de Autonomía de las Comunidades establecen que son ellas las competentes en protección del medio ambiente, prevención ambiental y protección civil. 

2. En Castilla y León, en octubre del año pasado PP y Vox impidieron reconocer la figura de bombero forestal como empleado público protegido. Actualmente, los bomberos de esta Comunidad Autónoma tienen una nómina que no llega a 1.300 euros netos.

3. En 2018 el Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León dijo que mantener el operativo de incendios todo el año era un despilfarro. En 2022 el incendio de la Sierra de la Culebra arrasó 60.000 hectáreas. La solución de la Junta fue organizar un concierto benéfico. Hoy esta zona se está quemando de nuevo. 

4. El Consejero y la Junta no han dado marcha atrás en sus políticas públicas. Castilla y León, la Comunidad con más masa forestal de España y la tercera de la Unión Europea, está entre las comunidades autónomas que menos invierte en labores de prevención de incendios en España. 

5. El Presidente de la Junta de Castilla y León no estaba en la comunidad autónoma cuando los incendios eran ya incontrolables. Aún no había llegado cuando se estaban quemando Las Médulas. Estaba de vacaciones. Tardó en llegar tres días desde que se declararon los incendios más graves. Por su parte, el Consejero de Medio Ambiente estaba de comida tras un acto de promoción en Gijón mientras se quemaba este patrimonio de la humanidad y había otros fuegos importantes en otros lugares como el Parque Natural de la Montaña Palentina. Su chulería ha sido dantesca: tenemos “la mala costumbre de comer al mediodía” fueron sus palabras. 

6. Mientras él estaba de comida, los bomberos que están en primera línea han denunciado falta de avituallamiento, deshidratación y comida no apropiada. Además de dormir en condiciones no óptimas en jornadas maratonianas de más de 16 horas de trabajo y tan sólo 4 de sueño. En estas condiciones, el milagro es que no haya más víctimas.  Los propios bomberos han manifestado que el operativo en Castilla y León ha colapsado y se está improvisando sobre la marcha. 

7. Castilla y León y el resto de CCAA son las competentes en materia de protección civil. Son ellas quienes tienen que demandar más efectivos al Gobierno de la Nación si los necesitasen. La colaboración entre administraciones es necesaria y se está realizando. El Delegado del Gobierno de la Nación en Castilla y León ha manifestado que la Junta no ha pedido más recursos y que el 100% de los solicitados están trabajando en el terreno. Según la legislación sobre protección civil, en el caso de que una comunidad autónoma no pueda atajar por sus propios medios una emergencia, puede solicitar al Gobierno estatal la declaración de la emergencia de interés nacional para que asuman ellos el mando. Castilla y León ni ninguna otra comunidad autónoma lo ha hecho. 

8. Además de la colaboración y el reconocimiento a los efectivos y todas las personas que se están jugando la vida en la extinción de los incendios que, por desgracia, ya se han cobrado víctimas mortales, hay que apuntar a los responsables. En Castilla y León y otras comunidades estas situaciones no son nuevas, aunque ahora sean aún más graves. Y no se ha hecho nada por prevenirlas. Y decir alto y claro quiénes son los responsables no es una frivolidad. Es una necesidad.

9. Es preciso un debate monográfico en las diferentes comunidades autónomas para mejorar las políticas públicas en materia de prevención y dignificar, de una vez por todas, el trabajo de los bomberos forestales. En Castilla y León ya se ha registrado una petición para realizar un pleno extraordinario en las Cortes para pedir cuentas a la Junta sobre la gestión de la crisis. 

10. Pero lo anterior no es suficiente. La desidia y la incompetencia del Consejero de Medio Ambiente, Suárez-Quiñones, y del máximo dirigente de la Junta, Fernández Mañueco, en la gestión de la crisis hacen que no se pueda pedir menos que su inmediata dimisión. Más cuando hay personas que han perdido todo, incluidas sus casas, y algunas sus vidas. Más cuando esto no es la primera vez que sucede y, por desgracia, todo apunta a que el cambio climático favorecerá episodios así en los próximos años. Y, en definitiva, porque no han cambiado sus políticas públicas en protección del medio ambiente ni han invertido lo suficiente para que esto no ocurra. 

Reflexión final: La sociedad civil no puede permanecer callada. Aunque ahora todos y todas estamos colaborando y reconociendo el esfuerzo inconmensurable de los servicios de extinción, no podemos mirar hacia otro lado cuando no hay incendios activos y nada se hace para mejorar si situación laboral de los bomberos ni se invierte en mantener el monte limpio y prevenir incendios venideros.

Castilla y León, y el resto de comunidades autónomas con grandes masas arbóreas, tienen un gran potencial en creación de puestos de trabajo en el mundo rural que pueden asentar población en torno al monte. Pero la respuesta de los Gobiernos autonómicos ha sido su abandono. Ante ello, en cuanto acabe la crisis, hemos de movilizarnos para pedir la dimisión de quienes no han estado a la altura. Porque ya basta de jugar con nuestro patrimonio, con lo que a muchas personas da de comer y con nuestras vidas. Porque esto no se puede permitir. NUNCA MÁS.
 

 

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