El clima no lo podemos cambiar, pero si podemos ayudar a la naturaleza a mantener nuestro pequeño microclima.
El clima no lo podemos cambiar, pero si podemos ayudar a la naturaleza a mantener nuestro pequeño microclima.

Inviernos largos y fríos, veranos cortos y calurosos. Nieve permanente en Sierra Nevada y Sierra de los Filabres. Ríos con caudal constante y  lluvias regando los campos y recargando fuentes y acuíferos. Ramblas que se dejaban  ver “pidiendo las escrituras de las tierras”. Y por supuesto veranos muy calurosos que se compensaban con noches más frescas. Ríos que hacían de piscinas y tierras selváticas, con zarzas y repletas de frutales y hortalizas autóctonas. Mariposas de día y luciérnagas de noche. Así era nuestra tierra, así era Andalucía.

A lo largo de la historia de la humanidad se ha podido comprobar que el clima está en continuo cambio, pasando por etapas de Edad del Hielo a condiciones más favorables para la proliferación de la vida humana. Este proceso, en miles de años ha sido lento pero en las últimas décadas con la revolución industrial se ha acelerado de forma abrupta sin ser conscientes de que es un cambio irreversible y amenazante. El hombre fruto del progreso creyó en su capacidad de dominar el clima, pensó que podía revertir el cambio. No lo consiguió. El tiempo fue pasando y se dio cuenta que solo podría mitigar dicho Cambio. No lo consiguió. El tiempo no se ha detenido, el Cambio Climático tampoco, y ahora, sabemos que lo único que podemos hacer es adaptarnos. ¿Lo conseguiremos?

Con responsabilidad, compromiso, sentido común y trabajo, SI.

A escala local, vemos como plantas e insectos van desapareciendo, silenciosamente, sin darnos cuenta. ¿Dónde están los caracoles?, ¿y las amapolas?, ¿y las ortigas? ¿y las luciérnagas? Utilización de pesticidas y contaminación acuífera, ambiental y lumínica entre otros, son los responsables. O más bien, lo que se pensaba que era “progreso” y ha acabado por afectar a nuestro modo de vida procando una reacción en cadena.

Dicho “progreso” ha sobreexplotado acuíferos y fuentes, para llevar “el agua que sobra” a cientos de kilómetros para enriquecer a unos pocos y empobrecer a cientos. Provocando el abandono de tierras y pueblos, cambiando el paisaje, secándose las vegas y perdiendo flora y fauna.  Antes el agua se aprovechaba con sentido común, mediante acequias tradicionales y trabajando para un futuro mejor, pero no para sí mismos, sino para el de sus hijos y nietos. ¿Ahora para qué futuro trabajamos? ¿Para el nuestro o para el de nuestros nietos?

Modificación de cauces y ríos, agricultura y ganadería intensiva, abandono de tierras, deforestación, intubación de acequias, despoblación o pérdida de la biodiversidad, ¿eso es progreso? Estas actuaciones, obviamente, no son causa del Cambio Climático, pero sí influyen de forma directa en él, acelerándolo y causando un mayor impacto, sobre todo a escala local.

La naturaleza es poderosa, es fuerte y no podemos actuar contra ella, en cambio, si podemos cambiar nuestro modo de progresar. Esa es la mejor adaptación al Cambio Climático. Y lo podemos conseguir. Hay que actuar ya, hay que preparar la agricultura y ganadería para asegurar su subsistencia que es lo mismo que asegurar supervivencia. Tenemos la obligación de dejar un mundo mejor, con Cambio climático o sin él.

¿Qué pasaría si ya no pudieras beberte una copa de vino? ¿y una caña?. Los cultivos como el viñedo y los cereales ya se están viendo afectados. Sus ciclos productivos se ven alterados y sus frutos no maduran correctamente por las diversas temperaturas. Por ello, hay viñedos que han comenzado a trasladarse a cotas más altas, donde la temperatura es más estable. Pero aun así, las actuaciones de adaptación siguen siendo muy escasas y el modelo productivo no cambia. El tiempo pasa y el clima cambia. Cada actuación que hagamos cuenta. Cada movimiento y cada persona.

El clima no lo podemos cambiar, pero si podemos ayudar a la naturaleza a mantener nuestro pequeño microclima, en cada provincia, en cada comarca, en cada pueblo y en cada finca. Conservando los acuíferos, haciendo un uso responsable del agua, incentivando una mejor agricultura y ganadería. Fomentando los cultivos y razas locales y sobretodo, evitando los cambios de uso del suelo, hecho que pasa muy desapercibido pero que causa un grave daño a nivel social, económico y ambiental. Hay que hacer un uso responsable de los recursos disponibles para construir un futuro próspero pero también seguro.

Otoño largo y muy caluroso, primavera larga y seca. Donde cada vez las temperaturas son más altas. Lluvias torrenciales y nieve escasa. Ríos secos y ramblas urbanizadas. Pueblos vacíos. Campos desiertos y cultivos de placas solares y molinos. Así está siendo Andalucía. ¿Quieres cambiarla?

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