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A menudo, en Gypsy os proponemos bucear en las entrañas del rock alternativo español, con la esperanza de encontrar la banda que justifique y acredite la entrada en el milenio, aunque llevemos más de diecisiete años de retraso. De hecho, parece obvio que en los últimos veinte años no ha existido un movimiento singular e inspirador en la escena rock. Va quedando lejos el grunge de Detroit o el dumb-rock, dejándonos un panorama desolador y vacío dónde el revival y el indie canalizan mucha de la genialidad de nuestra generación. En España el indie parece haber calado especialmente bien. Cuando medio mundo desarrolla el potencial de la música electrónica como vía de sustitución al obsoleto género independiente (tan sólo tiene que ver algunas sesiones de L'Impératrice), en España parece florecer una corte de blanquitos sentimentales que parecen llevar a cuestas el peso de la complejidad de su mundo interior, justificando las vocecillas, algunas siniestras, otras cercanas al hálito, con la que nos cantan sus canciones. Que la música electrónica se está intelectualizando, es una realidad. Parece obvio que con el desarrollo de la música sintetizada se haya construido una red compleja de paradigmas y estilos, que actúan como soporte de realidad y ocio para muchos jóvenes. La función social del indie está deslegitimada. Salvemos al indie. Está en peligro de extinción.
Manos de Topo:
Manos de Topo es una banda catalana formada por dos estudiantes de cine Miguel Ángel Blanca y Alejandro Marzoa. Desde sus inicios (2003), la banda se caracteriza por la parodia del propio género y la canción romántica. Canciones como “Lógico que siga mal”, “Tus siete diferencias” o “Es feo”, demuestran cuáles son las intenciones de la banda barcelonesa. Una propuesta divertida si uno se otorga la licencia de entender que en los más de catorce años de existencia (el doble que los Beatles), el potencial creativo de la banda se caracteriza, casi en exclusiva, por la parodia de la canción romántica. “No doy la talla”, “Bragas Bandera”, “Morir de celo”, “Ahora te sientes mejor, ¿verdad?” … En fin, un alegato a la singularidad y al ingenio. Y no, no vamos a hacer mención a la particular forma de cantar de Miguel Ángel, deléitese usted mismo:

Ángel Stanich:
Autodenominado como “Lysergic songwriter”, Ángel Stanich es un descubrimiento de nuevo orden para nosotros. Abocado a la escena underground durante bastante tiempo, parece que vivir su florecimiento. Su voz y estilo son bastante peculiares, así como su perfil de enigmático bohemio. Ángel es un indie de raza. Con dos discos en su haber Antigua y Barbuda (2017) y Camino Ácido (2014), Stanich se presenta como una dosis de originalidad cuando todo parecía estar hecho. De hecho, su segundo disco es uno de los mejores trabajos de este 2017 en territorio nacional. Su mezcla de indie-psicodélico (tan de moda en los últimos años), se deja escuchar de buen agrado, aunque sólo sea por el “me recuerda a…”

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