Pues nada, ya se acabó Fitur. Hasta el año que viene. Fitur, la Feria Internacional de Turismo que se celebra por estas fechas en Madrid, fechas marcadas en rojo en el calendario –da igual digital que papel- en la agenda de cientos, qué cientos, miles de concejales de pueblos de toda España, igual que está en la agenda de cientos de señoras –y señores- que, por resumir, suelen seguir también a la Sexta Flota de EEUU por todo el Mediterráneo. Fitur está también en el origen de la posible implicación del PP local durante su primer gobierno municipal en la trama Gürtel.
Este año, la Feria ha ofrecido un buen gazapo –ojo, no un conejito cocinado de manera fashionista, que es hablar de Fitur y pensar en papeo- que mordió durante unas horas el Ayuntamiento de Jerez, al entender que la inclusión de la ciudad en un paquete turístico de Iberia significaba que el aeropuerto iba a tener conexión directa y diaria ni más ni menos que con Tokio y Shanghai, conexiones que, efectivamente, van a comenzar a operarse por parte de la compañía, pero con el pequeño matiz de que va a ser desde Madrid. Alguien se explicó mal (Iberia), alguien entendió mal (Ayuntamiento), o las dos cosas (lo más probable). De todas formas, el sentido común indica que de abrirse una línea Jerez-Tokio, es porque Sevilla tendría a estas alturas ya tres, y Madrid, cinco, un poné, cuando hasta ahora lo habitual para ir a estos dos destinos de Extremo Oriente es hacerlo con escala en Europa, habitualmente Londres. Pues nada, ya sabemos que dentro de poco podremos coger un avión de Jerez a Madrid y de ahí otro a Japón o China. Igual que sabemos, como más de uno se marcó en redes sociales, que vistas así las cosas, también se puede hablar de conexión entre cualquier localidad de la Sierra, vamos a poner Setenil de las Bodegas, por afinidad, con Tokio. Es muy fácil, basta con coger el autobús de línea hasta el aeropuerto de Jerez, coges el avión a Madrid y de ahí a Tokio. Y ya está: línea Setenil-Tokio. Fitur, está claro, siempre tiene algo que ofrecer.
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