Reflexión electoral, ¿qué pasó con Unidos Podemos?

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

Una foto de unas elecciones pasadas.
Una foto de unas elecciones pasadas.

Ha pasado ya un poco de tiempo y aquí estamos todos los seres pensantes intentando averiguar el porqué de los resultados ocurridos en estas elecciones repetidas de junio.

Ha pasado ya un poco de tiempo y aquí estamos todos los seres pensantes intentando averiguar el porqué de los resultados ocurridos en estas elecciones repetidas de junio.

1) Repetir elecciones las carga el diablo. Nunca lo habíamos hecho y ya lo hemos aprendido. Los resultados son los que son. Los votantes se cabrean y con razón.

2) La corrupción no le pasa factura a la derecha. ¿Sorprende? A mí no. La derecha tiene una escala moral muy distinta a la izquierda. Mientras a alguien de derechas le escandaliza ver a dos hombres besándose, no les les molesta el fraude y el robo público. Con la izquierda pasa al contrario, no les molesta la vida sexual de nadie pero no tolera un caso de corrupción política que siempre le lleva a no votar y abstenerse.

3) En la línea de lo anterior, la izquierda comete siempre el mismo error en sus críticas a la Iglesia. Mezcla la crítica a la jerarquía católica con la burla de las creencias personales de cada cual. Se le tolerará que se critique a un obispo pero nunca a la Virgen o Jesús. Ni os imagináis el chorro de votos de personas católicas dispuestas a votar a Unidos Podemos que no lo ha hecho por asuntos tales como el de la capilla de la Complutense o la imagen de dos vírgenes besándose. 

4) Podemos es ETA y Podemos es Venezuela. Ese mensaje ha calado hondo en la ciudadanía. Podemos ha estado ahí tonto. He visto a personas decir que Podemos es ETA tranquilamente en las redes. ¿Por qué Podemos no los ha denunciado a la policía? Mientras la calumnia sea impune, Podemos cada vez irá a peor.

5) Cataluña. Podemos no sabe explicar a la gente su postura con el referéndum. Está dando una imagen de partido separatista y "que rompe Espana" que no lo es. Se lo va tener que replantear. O tener votos en Cataluña y perderlos en España o viceversa, pero las sumas de votos en un lado y otro cantan.

6) La confluencia con IU no ha funcionado. Muchos votantes de IU no han votado a Unidos Podemos. Han preferido que gane Rajoy a ayudar a la coalición. Tal vez sea el momento de que creen un partido a la izquierda de Podemos que quiera ir por libre. Conozco a gente de izquierda que piensa así. Si no es lo que ellos quieren al 100%, no votan. Prefieren que gane la derecha, pero mi coherencia y mi orgullo están a salvo, aunque me fastidien la educación y la sanidad públicas.

7) Las encuestas. No han acertado ni una. ¿O no han querido acertar? Yo me apunto a la teoría de la conspiración: las encuestas están hechas para orientar opiniones, movilizar grupos, y en el fondo, manipular la información. Podemos creyó lo que les contaron del sorpasso. Fueron unos ilusos. Ponerlos en segundo lugar movilizó a mucha gente para que no ganara Podemos.

8) Ciudadanos pinchó. Lógico, su electorado viene del PP, y yo, si soy votante del PP que pasé a Ciudadanos y veo que éste va a parar al PSOE, antes que votar la marca blanca, voto la original.

9) El Brexit. El resultado ha asustado al cambio en España y lo ha asimilado a lo que puede pasar en España con un referéndum catalán como decía más arriba.

Y dicho esto, 71 diputados no es un fracaso. Lo que hubiera dado Rosa Díez por ello. Queda una buena oposición, dejar de lamerse las heridas, y corregir errores. Zamora no se ganó en una hora.

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