Pedro Sánchez durante el debate de investidura. FOTO: CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Pedro Sánchez durante el debate de investidura. FOTO: CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Dejemos a Ramón de Campoamor para más tarde, y así llevarnos una sorpresa. Empecemos por establecer que hay hechos, hechos constatables a los que podemos denominar realidad. Realidad es que el Congreso de los Diputados ha rechazado la candidatura de Pedro Sánchez por una mayoría aplastante, tanto que solo ha obtenido un único voto del partido cántabro. La interpretación puede ser variada, iremos a ello. Realidad es que si alguien quiere encontrar una aguja perdida en un pajar tiene que irse al pajar y buscarla: sentado en el sofá no será posible que la encuentre. Con un detector de metales pudiera ser. Solo se trata del interés que se tenga por encontrar la aguja. Realidad es que si yo quiero beber agua, no estoy impedido para ir a buscarla y soy yo quien la quiere beber, resultaría posible exigirle al mundo que me traigan el agua que yo quiero beber, porque yo lo valgo, pero resultaría hilarante: resultará que nadie me traerá esa agua. Entonces decido representar el papel de un ser excepcional e imprescindible para que el mundo siga girando y con estas explicaciones volveré a exigir a-voz-en-cuello que me traigan el agua y me pasará lo que le pasó a Pedro Sánchez, que el agua se lo trajo un ujier del Congreso. A esta actitud, en Ciencia Política, se le llama cesarismo. Y no solo, ¿a esto podría llamársele mala-fe-pactadora-en-política?, algo que no es ningún delito pero sí para anotarlo. Una actitud que ha llamado a escándalo a cualquiera que tenga los ojos limpios para mirar. Y a alguna prensa internacional en Madrid. Una actitud, el cesarismo, que seguramente empezó cuando convocó, realidad, a la manera de un “monarca parlamentario”, interpretación, a la oposición en su palacio, mientras el verdadero rey permanecía ausente en ese asunto. Una actitud que continuó durante tres meses, realidad, en los que no tomó contacto con los diputados que precisaba para organizarse una mayoría parlamentaria que le nombrara presidente. Parece que el nombramiento de presidente le tenía que caer del cielo, interpretación, porque él lo vale. Y así, como un “monarca parlamentario”, interpretación, apeló a la oposición de derechas, de la que reniega, para que le dé la mayoría, realidad, para él solito y en nombre del avance de España, ajeno a lo que es normal y natural en la vida parlamentaria: diálogo, pacto, acción política. Dijo que en Alemania, y sale hoy Ónega a decir que en Alemania esto no pasaría porque se haría una gran coalición, pero lean ustedes el tuit donde intento mostrar cómo han funcionado las coaliciones, distinto que grandes coaliciones, en la República Federal de Alemania desde su fundación en 1949. Hoy mismo se publica la noticia, realidad, con pelos y señales, de cómo desde varios despachos del área de trabajo de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Sra. Calvo, hubieran salido filtraciones manipuladas, presunción, para achacar a Unidas Podemos culpas que no tienen. ¿Es esto utilizar los medios de la Administración del Estado para combatir falazmente, presunción, al oponente político? ¿Es esta la intachable calidad democrática de primera clase spanish?

Ramón de Campoamor:

Y es que en el mundo traidor

Nada es verdad ni mentira:

Todo es según el color

Del cristal con que se mira.”

¿Pensaremos que estos versos nos autorizan a decidir sobre lo muy relativa que es la verdad de todas las cosas? ¿Qué todo es relativo? Curiosamente habrá que leer el poema completo para comprender que estos versos, esta estrofa, es precisamente una crítica contra el relativismo como regla moral, y no que la estrofa es la regla moral relativista a seguir. La estrofa expresa pesadumbre ante lo que la estrofa misma expresa: en contra de la recta verdad, sea esta la que sea, la pura y simple relativización de toda verdad. En opinión de muchøs todo dependerá de quién sea su líder para declarar quién tiene la razón, ¿su propio líder?, sin pararse a pensar más en la recta verdad, sea cual sea. Desoyendo todos los convencimientos morales exigibles de honestidad y lealtad. Hoy han quedado desvestidos, desnudos, varios mentirosos, propagadores de mentiras, autores de medias verdades y falsedades. Sean quienes sean quienes todos los que hayan tratado de construir una verdad ficcional para arrancarle la verdad a quien intentaba cultivarla. Hoy han quedado desolados los que se han visto despreciados porque sus votos no valieran lo que la regla democrática dice: una persona = un voto. Hoy se ha dado un paso más hacia “1984”, pero hay gente preocupada porque no hay Gobierno todavía.

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