Radical

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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Andan ya tiempo los medios de comunicación afines y/o voceros del PP en una cansina estrategia de "asusta viejas" advirtiendo del riesgo de radicalización del Partido Socialista por sus pactos con Podemos después de las elecciones autonómicas y locales del pasado mayo. Han perdido gran cuota de poder y les está entrando el miedo de perder el gobierno central.

Entre los distintos significados de la palabra "radical" encontramos la de "perteneciente o relativo a la raíz". Si uno lo mira detenidamente no hay nada que temer en ese sentido de un posible pacto del PSOE de Pedro Sánchez con un partido que basa gran parte de su discurso en hablar de los coches oficiales, las dietas y sueldos de los políticos o si estos trabajan o no durante todo el verano. Sin embargo, es curioso que cuanto más moderado es Podemos, más le acusan de ser radical. Dicho esto, la salida del PP del gobierno y una vuelta legislativa a 2011, aunque no se fuera más allá, sería vista como revolucionaria.
 
Pero el significado más usado y de corte peyorativo es el de "extremoso, tajante, intransigente". Teniendo en cuenta que estas acusaciones vienen por parte de un partido en el gobierno que ha cometido unos gigantescos recortes sociales y  ha aprobado leyes fundamentales relativas al mercado laboral, a los ámbitos sanitario y educativo, de seguridad... sin contar con el consenso de las fuerzas políticas de la oposición, ni con la de los actores sociales implicados, suena a chiste de muy mal gusto. Luego se quejan de que casi nadie quiere pactar con ellos y buscan a golpe de ley la manera de poder gobernar aunque sea con la mayoría en contra.

Mientras los "moderados" acusan a los nuevos gobiernos de radicales, estos por ejemplo devuelven el derecho a la sanidad pública a los excluidos por este gobierno central. El partido "moderado" que bajo su seno acoge a la extrema derecha, en cambio, coloca como cabeza de cartel para las autonómicas catalanas a un xenófobo que no desentonaría nada en el Frente Nacional francés. ¿Qué es lo extremoso, tajante e intransigente en este caso? En la segunda acepción en este artículo, ¿quién es radical?, dices PP mientras revolotea en España la gaviota azul. ¿Los demás somos radicales? No, radical eres tú.
 

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