Parece que la ciudadanía ha comenzado a movilizarse a favor del Teatro Villamarta, cuya fundación se encuentra en causa de disolución. De momento la movilización es en las redes sociales –que sentado en el sofá se está muy a gusto- pero todo indica que a partir de mañana viernes habrá presencia en la calle, con una concentración frente al teatro.
Bien, todo sea por salvar al teatro… Recuerdo que en Jerez, cuando tomó posesión como concejal de Cultura su nuevo(a) titular, mostró su sorpresa por la grandeza y modernidad del edificio tras realizar su primera visita al Villamarta. Y cuando digo su primera visita al teatro quiero decir su primera visita al teatro, no su primera visita al teatro como concejal. El Teatro Villamarta llevaba ya abierto buena parte de los 20 años largos que han transcurrido desde su reapertura (y no doy más información para no comprometer a nadie). Lo que quiero decir es que cuando se da cualquier problema relacionado con eso que se da en llamar la cultura, como en este caso ocurre con el teatro, aparecen inmediatamente personas que, en realidad, no han apoyado en tiempo y forma la causa o las causas a las que se adhieren. ¿Cuántos de los que se rasgan las vestiduras iban al teatro? Vale… ¿Y cuántos de pescue? Seguimos dividiendo… Este mismo cronista está tentado de pedir en estas líneas una asistencia masiva a la convocatoria, pero después de asistir seguramente no más de 20 veces en otros tantos años al Villamarta, desde luego no se ve autorizado para hacerlo.
El Teatro Villamarta sí, claro, pero también hay que recordar que algunos de los grandes llenos que ha tenido (sobre todo en los últimos años, excepto la ópera) han sido actuaciones y conciertos totalmente prescindibles… Al final, el público es soberano, como lo es el alcalde de Cádiz, José María González Kichi, que ha recriminado a PP y PSOE que usen los palcos del Falla que se reservan a los concejales para ver una representación de… Peppa Pig (aunque el contexto era que él, Kichi, pagó y los otros fueron por la patilla, no deja de ser esclarecedor de lo que estamos hablando, joder, Peppa Pig como ejemplo… lo que tiene no ser divorciado con hijos). Por eso, lo que dejo entrever es que teatro, la palabra ‘teatro’, está envuelta en un aura y una solemnidad que tal vez hace muchos años que en la práctica ha perdido.
Comentarios