Esquina de la calle Santa María de Gracia con Juana de Dios Lacoste, en una imagen de archivo.
Esquina de la calle Santa María de Gracia con Juana de Dios Lacoste, en una imagen de archivo. MANU GARCÍA

Levanté la mirada del ordenador buscando un almanaque. Quería cerciorarme de que no habían trasladado la fiesta de los Santos Inocentes al mes de mayo. Esa fue mi primera reacción cuando leí el anuncio por parte del PSOE de Jerez de su intención de hacer de la ciudad Capital Europea de la Cultura en el año 2031, que es el que le corresponde a España como Estado Miembro dentro de los turnos rotatorios que la Unión Europea realiza entre los países que la componen. Luego pensé en la extravagante propuesta realizada por el PP de Jerez hace cuatro años y que consistía en poner una playa en el Hontoria. Creí que nada podría superar, por disparatada, esa idea. Me equivoqué. Después, con un poco más de tranquilidad, me pregunté: ¿sería posible realmente que Jerez pudiera optar a ese título dentro de doce años? Y como no me gusta dejar cabos sueltos, me puse a indagar y a buscar información en las páginas oficiales de los organismos europeos (la Comisión Europea en este caso) y a rastrear en la prensa nacional si ya había ciudades que habían manifestado sus intenciones al respecto y qué pasas habían dado en esa dirección. A pesar de que este artículo va a ser muy largo, merece la pena, con datos objetivos en la mano, tener un conocimiento exhaustivo de la cuestión que nos permita discernir si esto es una propuesta real o es una mentira electoral torticera como cualquier otra. Comencemos pues…

EL PROCESO: SOLICITUD Y DESIGNACIÓN. PLAZOS.

Los Estados miembros concernidos publicarán una convocatoria de presentación de solicitudes al menos seis años antes del año del título”. Así se establece en el apartado 2 del artículo 7 de la  DECISIÓN No 445/2014/UE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 16 de abril de 2014, que es la que regula lo que se denomina “la acción” que deben emprender las ciudades que quieran aspirar a ser Capital Europea de la Cultura. Por tanto, estamos hablando de que, como muy tarde, en 2025 debe haber sobre la mesa del Ministerio de Cultura una solicitud para optar a esa designación. Son cinco años mal contados y unas elecciones, si quitamos las del domingo, en 2023 en el camino. Si hay incertidumbre para las elecciones de esta semana, qué podremos decir que pudiera pasar dentro de otros cuatro años. Sería el gobierno local salido de esos comicios el encargado de formalizar la solicitud. Para ello es esencial un consenso político total e inquebrantable y una acción cultural previa que cumpla con el mismo requisito, incluyendo la rehabilitación patrimonial y la puesta en marcha de equipamientos culturales potentes, lo que requiere de unas partidas presupuestarias concretas y abultadas dado el estado lamentable del centro histórico y de la actividad cultural de la ciudad en general hoy en día, a sólo cinco años de la presentación de la solicitud. Decía hace unos días que en los últimos ocho años se abrieron dos calles, se consolidó Riquelme y se urbanizó la plaza Belén. Para poder optar realmente a lo que se ha anunciado, ¿os imagináis todo lo que habría que hacer y el dineral que se gastaría en tres años menos? Sólo la rehabilitación y puesta en valor de Riquelme ronda los cuatro millones de euros, a lo que habría que sumar una iniciativa global de rehabilitación de viviendas, iglesias, eliminación de solares, peatonalización y renovación del pavimento en la zona histórica, todo ello sin contar con la construcción de nuevos museos, auditorios y centros de interpretación que habría que implantar. Y, pese al esfuerzo, eso no aseguraría la designación, por lo que nos podríamos ver en un estado de endeudamiento que no nos podemos ni imaginar.

Después hay unos criterios de evaluación que ya me diréis vosotros si la ciudad cumple o no, como que “ya esté aplicándose una estrategia cultural para la ciudad candidata en el momento de la solicitud que se extienda a la acción, e incluya planes para mantener las actividades culturales más allá del año del título” (apartado a del punto 1 del artículo 5), “la implicación de la población local y de la sociedad civil en la preparación de la solicitud y la puesta en práctica de la acción”(apartado a del punto 5 del mismo artículo) o “que la estructura de gestión cuente con personal que posea las capacidades y la experiencia adecuadas para planificar, gestionar y ejecutar el programa cultural correspondiente al año del título” (apartado e del punto 6).

A partir de la presentación de las solicitudes, será un comité de expertos independientes de toda la Unión quien proponga a los respectivos gobiernos una ciudad por Estado Miembro, que son las que obtienen el título cuatro años antes de la fecha, 2027 en este caso.

Podría extenderme infinitamente hablando de objetivos u otras cuestiones, pero eso ya lo dejo a tu inquietud e interés.

APOYOS Y CIUDADES COMPETIDORAS

En el anuncio electoral realizado hace dos días, se solicitaba la implicación de toda la provincia para lograr el objetivo. Efectivamente, en el punto 12 del preámbulo de la Decisión del Parlamento Europeo se establece que “el título debe seguir estando reservado a las ciudades, con independencia de sus dimensiones, pero para aumentar su repercusión y llegar a un público más amplio, estas deben mantener la posibilidad, como antes, para las ciudades concernidas, de implicar a sus regiones circundantes”. Por tanto, no hablamos sólo de nuestra provincia, sino de las otras provincias limítrofes y, en última instancia, del Parlamento de Andalucía. Hay que ser realistas: nos encontramos dentro de una provincia con municipios potentísimos a nivel cultural, como puedan ser Arcos, Vejer o la propia ciudad de Cádiz; ciudades que presentan un estado patrimonial y un cuidado estético a años luz del estado de actual de Jerez, que presenta su centro histórico sucio, descuidado, mayormente en ruinas, sin actividad económica o equipamientos y sin gente que lo habite. No hay que olvidar que todo este panorama habría que revertirlo en el plazo de cinco años como mucho. Y luego, habría que ver si todas esas ciudades estarían dispuestas a acudir a una convocatoria de este tipo dentro de la candidatura que llevase exclusivamente el nombre de Jerez, ya que, como se establece en el punto 1 del artículo 4: “cuando una ciudad candidata implique su zona circundante, la solicitud se presentará con el nombre de esa ciudad”. Repito: desde el realismo, ¿sería esto posible?

Y ahora llegamos a la madre del cordero: las posibles competidoras de Jerez en el camino hacia la designación como Capital Europea de la Cultura en 2031. ¿Hay más ciudades que hayan hecho oficial su candidatura? ¿En qué estado se encuentran dichas candidaturas? ¿Hay otras ciudades que, sin haberlo manifestado de forma oficial, tenga intenciones de presentarse? Las respuestas son sorprendentes y van a dar una dimensión absolutamente certera de la credibilidad de lo que se ha anunciado en Jerez hace dos días. Y existe abundante material al respecto, sólo hay que buscar un poco.

Sí, hay ya varias ciudades españolas que han hecho oficial su concurrencia a este proceso. En concreto son dos: Burgos y Granada.

En el caso de la ciudad burgalesa, todo un referente patrimonial en nuestro país, la agencia EFE publicó el pasado 27 de marzo (no hace ni dos meses) lo siguiente: “Las Cortes de Castilla y León impulsan a Burgos como Capital Europea de la Cultura en 2031”. Y subtitula: “Las Cortes han impulsado este miércoles mediante una declaración institucional de la Cámara la candidatura de la ciudad de Burgos como Capital Europea de la Cultura en 2031, después de que el propio consistorio burgalés aprobara de forma unánime presentar su propuesta. ¿Son alucinaciones mías o van mucho más adelantados que nosotros?

Pero lo verdaderamente sorprendente lo encontramos en la candidatura de Granada, una ciudad que no creo que sea necesario descubrir. Sorprende por varios motivos, entre los que destacan, por ejemplo, que su ayuntamiento tomó la decisión de presentarse de forma unánime ¡a mediados del año 2015!, o sea hace cuatro años. También es destacable que la ciudad de Sevilla, hace dos años, “renuncia a ser capital cultural europea en 2031 para que sea Granada”, tal como lo reflejó ABC en su edición del 30 de junio de 2017. Contraponiendo esta información a lo anunciado por Mamen Sánchez, la comparación resulta sumamente llamativa, máxime cuando tanto Sevilla como Granada y Jerez son gobernadas por el mismo partido político.

El colofón a todo esto lo encontramos en una información publicada por el diario Ideal de Granada el 12 de febrero de 2016, que se abría con el siguiente titular: “Granada suma con Sevilla el apoyo de las ocho provincias andaluzas para ser Capital Europea de la Cultura”, y que en su primer párrafo dejaba claro que también el Parlamento Andaluz apoyaba la candidatura de la siguiente forma: “La adhesión del Ayuntamiento de Sevilla completa los apoyos recabados por el Ayuntamiento de Granada para fortalecer su candidatura a Capital Europea de la Cultura en 2031, que suma el apoyo del Parlamento andaluz y que toma velocidad de crucero”. Efectivamente la Comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía ya había aprobado una Proposición no de Ley otorgando su apoyo explícito a la candidatura de Granada en septiembre de 2015. Recordemos que la Junta de Andalucía estaba gobernada en ese tiempo por el mismo partido político también.

Con estos datos sobre la mesa, cabría preguntarse qué milonga nos están pretendiendo colar aquí, en Jerez, con el tema de la capitalidad cultural.

¿Hay otras ciudades que se vayan a presentar? Oficialmente no, pero hay una a la que un partido, en este caso Ciudadanos, propone también como promesa electoral: Toledo, sobre la que tampoco es necesario aportar nada en cuanto a su potencial cultural y patrimonial.

CONCLUSIÓN

Puede parecer que no, pero he sintetizado muchísimo la información y he intentado ser breve. ¿Puede Jerez ser Capital Europea de la Cultura? La respuesta es sí, ya que tiene potencial, patrimonio y una identidad cultural muy definida, pero todo ese potencial presenta un estado tal de abandono, que convierte en imposible su designación en un periodo de tiempo razonable de varias décadas, a lo que hay que sumar que Granada ya tiene todos los apoyos necesarios a nivel andaluz y que Sevilla, que renunció para esta concurrencia en favor de Granada, posiblemente se presente en la siguiente. Vamos, que Jerez puede serlo, pero nosotros no lo veremos y tal vez nuestros hijos y nietos tampoco. Para terminar, a modo de reflexión hago la siguiente pregunta: ¿llegará el día en el que se legisle de forma que se castiguen penalmente las promesas electorales fraudulentas?...

*NOTA: vivimos en los tiempos de las prisas y de no contrastar las informaciones que nos llegan antes de tomar una decisión tan importante como lo puede ser votar. Los políticos juegan con eso y se dedican a lanzar promesas que saben que no van a llevar a cabo. Es la única habilidad que tienen, la de saber aprovecharse de nuestras deficiencias como sociedad en lugar de potenciar nuestras virtudes, algo que a menudo olvidamos. Para comprobar la veracidad de lo que he escrito, os dejo los siguientes enlaces para que podáis verlo con vuestros propios ojos.

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