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Hace pocos meses, el científico británico ganador del Premio Nobel de Medicina, Tim Hunt, tuvo que dimitir de su cargo como doctor honorario del Univesity College de Londres. 

Hace pocos meses, el científico británico ganador del Premio Nobel de Medicina, Tim Hunt, tuvo que dimitir de su cargo como doctor honorario del Univesity College de Londres y pedir disculpas tras la gran polémica generada por unas declaraciones que hizo durante una conferencia en Corea del Sur, donde afirmó refiriéndose a las mujeres universitarias que "el problema con las niñas en los laboratorios es que derivan en enredos amorosos que distraen y afectan la ciencia”.

Hace unos días hemos sabido que Geoffrey Marcy, que se barajaba como posible candidato al Nobel de Física 2015 y profesor de Astronomía en la prestigiosa Universidad de  California en Berkeley, ha sido investigado por ejercer acoso sexual a sus alumnas durante años. Varias alumnas han denunciado comportamientos inapropiados y repetidos en el tiempo por parte del profesor, como masajes, besos y tocamientos no deseados. Marcy ha pedido disculpas públicamente, aunque afirma que “sus intenciones fueron malinterpretadas”.

A raíz de este suceso se han ido multiplicando las reacciones de indignación por parte de alumnas, docentes e investigadoras del entorno de Marcy y la comunidad académica en general, ya que éste ha recibido únicamente una “reprimenda oficial” por parte de la Universidad, pero los acontecimientos no parecen haber afectado en absoluto a su posición ni al desempeño de sus funciones académicas. Desde este sector se vuelve a denunciar estos días que casos como éste son por desgracia más frecuentes de lo que la gente se imagina y que no es extraño encontrar en el ámbito académico conductas de abusos de poder y discriminación sexista, en la gran mayoría de los casos ejercida por hombres hacia las mujeres. A menudo, las víctimas de estos abusos no se atreven a denunciar a sus superiores porque no se sienten suficientemente amparadas y temen ver truncados todos sus esfuerzos y logros profesionales.

Cualquiera podría pensar que en la Universidad, cuna de la cultura y la excelencia académica, no podrían ser frecuentes tales comportamientos, pero la realidad es bien distinta. Sin ir más lejos, la Universidad de la Laguna publicó a finales de 2014 el Protocolo de Detección, Prevención y Actuación en los Supuestos de Acoso Sexual y de Acoso Sexista en el ámbito académico .

Parece que el “problema de las niñas” en pleno siglo XXI es grave y muy diferente al que apuntaba Tim Hunt en sus polémicas declaraciones. A algunos, sin duda, habría que condecorarles con el Premio Nobel del Sexismo.

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