Podemos, el muerto más vivo del cementerio

No se conoce tanto esfuerzo político, económico, mediático, judicial para matar a un muerto una y otra vez

Ione Belarra, secretaria general de Podemos.
Ione Belarra, secretaria general de Podemos.

Corría el año 2014, año electoral. Se elegían a las personas candidatas al Parlamento Europeo. ¡Sorpresa! Podemos obtiene cinco escaños, seguidamente, se pronosticó su primera muerte. Fue el sociólogo de referencia del Partido Popular, Arriola, el que literalmente dijo que muchas de las formaciones con éxito en las europeas están llamadas a "diluirse" con el tiempo. 

Después de esa muerte pronosticada se han sucedido otras, sin duda con intentos más violentos, si bien disfrazados de aparente legalidad. No es ajena la ciudadanía a la cacería organizada por las cloacas del Estado en varios frentes para aniquilar políticamente por cualquier medio a la dirección morada. Cualquier medio justifica el fin: denuncias falsas, acoso y coacción personal, procedimientos judiciales fraudulentos, noticias falsas dirigidas por Ferreras, Vallés y la troupe que los acompaña, financiados por ya sabemos quién, con el acompañamiento entusiasta del Partido Popular, la organización condenada a título lucrativo y la más corrupta de la historia democrática española, que tuvo una secretaria general, Dolores de Cospedal, bien relacionada con el patriótico comisario Villarejo, amigo de sobremesa y mesa camilla, ideando formas de matar a Podemos. A saber, de dónde sacaban el dinero para financiar tales operaciones.

No olvidamos al exministro del interior Fernández Díaz, ejecutante devoto de la hazaña, junto a su cúpula política y policial, a cuyo resultado han sido acusados de delitos de encubrimiento, malversación y contra la intimidad (espionaje). 

Lugar de honor ocupa, se lo ha ganado a pulso, la muy digna Ana Rosa de Telecinco, pareja de un presunto mafioso partícipe en la operación Tándem, de lo que ni mu ha dicho, aun cuando el susodicho reconoció en sede judicial que contrató a Villarejo para extorsionar a un exjuez. Después trascendió que había pactado con la Fiscalía para rebajar la pena de prisión solicitada de ocho años a once meses, sin embargo, la comunicadora de dicha televisión, propiedad del también condenado por fraude fiscal, Berlusconi, también guardó silencio. No obstante, recibe suculentas subvenciones públicas para que siga realizando su leal trabajo a la camarilla para que dé por muerto, al menos una vez al día, a Podemos. Tal hoja de ruta, como no, la siguen las otras televisiones, de la camarilla y grupos de poder mediáticos comprometidos en salvar España. Así día tras día nos ilustran con encuestas amañadas pronosticando el derrumbe electoral del partido morado.

A esta estrategia de difamación y mentiras, se han sumado grandes pensadores y estrategas, supuestamente progresistas, que han llegado al convencimiento de que lo mejor para lo que se conoce como régimen (pacto de la transición) es instaurar un nuevo bipartidismo, esta vez, a cuatro, es decir, dos partidos de izquierda (PSOE + Sumar) y dos a la derecha (PP-Vox). Sobre esto se ha preguntado Enric Juliana, sin duda uno de los más sobresalientes analistas que mejor lee los movimientos políticos tácticos cortoplacistas. Sería muy interesante conocer las personas lumbreras del espacio socialdemócrata que han ideado matar a Podemos, siendo el primer paso debilitarlo en las próximas elecciones municipales y autonómicas, aunque, a la vista de lo que se está configurando no parece que eso vaya a suceder, pues la formación morada ha sido lo suficientemente inteligente como para determinar candidaturas conjuntas con Izquierda Unida, Alianza Verde y otras formaciones de izquierda en casi todas las comunidades autónomas, siendo de especial relevancia el acuerdo electoral de unidad habido en Valencia liderado por Héctor Illueca. Asimismo, en la gran mayoría de las ciudades españolas ha habido acuerdo de unidad, quedando autoaislados Más Madrid y Compromís por propia decisión, que han rechazado ir en coalición en sus respectivos ámbitos electorales. 

No se conoce tanto esfuerzo político, económico, mediático, judicial para matar a un muerto una y otra vez. Las flores del cementerio para la tumba de Podemos se han convertido en un buen negocio, pues los muertos que vos matáis, están muy vivos señor.

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