En esa sana costumbre que tengo de pasear por las tardes, hace unos días tomé una ruta habitual que conduce hasta uno de los barrios más “nuevos” de mi pueblo, Puerto Real. Ya muy próxima a la urbanización de Casines fui observando como en algunos comercios destacaban, a pesar de no ser de gran tamaño, un anuncio bastante novedoso Madre de día.
Seguramente a muchas de las personas que repararon en el cartel les pasó lo que a mí en aquel momento. Entré en el Instagram de tan peculiar empresa La Casita de Luli, para saciar mi curiosidad, puesto que intuía que los servicios que ofrecía aquella joven emprendedora iban más allá de los de una niñera al uso.
"Una madre de día es una profesional de la educación y titulada en Magisterio, Educación infantil, Psicología o Pedagogía. Ofrece su hogar a la atención y el cuidado de un máximo de 4 niños entre 0-3 años”. También destaca el anuncio que las Madres de día se adaptan a los horarios de cada familia. Disponen de un aula matinal e incluso horario de tarde. Esto es lo que en un principio descubrí de esta innovadora forma de atender y cuidar a los pequeños, utilizando métodos de educación poco conocidos por la mayoría como el método Pikler y Montessori, entre otros. Nada que ver con una guardería convencional.
Personalmente, me llena de satisfacción que existan personas emprendedoras, con sueños, vocación e iniciativa en proyectos tan importantes como es la educación de los niños, que serán como todos sabemos los futuros adultos del mañana.
Surgen nuevas necesidades y profesiones dirigidas a facilitar la incursión en la vida laboral y en cualquier ámbito social para la mujer. Un ejemplo claro es esta Madre de día, profesión ya existente en algunas ciudades que han evolucionado a mayor velocidad, pero que se está extendiendo debido a una creciente necesidad. Sin duda una señal de que muchas mujeres deciden no renunciar a algo tan maravilloso como el ser madres, y que para ello no están dispuestas a dejar a un lado sus sueños e inquietudes.
Mientras deshago el mismo camino para regresar a casa, me viene a la mente esa teoría o concepto del que leí también en ocasiones, “Maternidad y paternidad positiva” que consiste en garantizar por parte de los padres que se respetan los derechos de los niños y niñas que tienen a su cargo además de promover su desarrollo integral como personas autónomas. El proyecto educacional e innovador de La casita de Luli sin duda ha de ser un gran comienzo para ayudar a desarrollar un núcleo familiar positivo.
Especialistas en psicología y educación como José Rodrigo y Jesús Palacios afirman que existen una serie de principios de actuación generales que conforman la “columna vertebral” sobre la que se sostiene el hilo conductor de una marentalidad y parentalidad positiva y responsable. La educación es la base de todo, detengámonos a preguntarnos qué hacemos mal o simplemente que es lo que no hacemos. Mi gratitud a todos los que os esforzáis en mejorar las cosas a través de la enseñanza, la educación y el respeto.
“Tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino”. Mahtma Gandhi.
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