Acabo de guardar unas pocas prendas de abrigo en la maleta antes de cerrarla. Mañana pasaré el día en un autobús y llegaré solo con unas horas de antelación para dar la bienvenida al año junto a mi familia, mis seres más queridos. Estoy deseando ver sobre todo a la pequeña Laura, después de seis meses seguro que ha crecido mucho, para mí siempre crecerá demasiado si no puedo estar cerca de ella para ver cómo lo hace. Ayer mi hermana me dijo que el abuelo había ido ya al mercado a comprar las uvas de la suerte. La fortuna es que siga entre nosotros, pensé cuando me lo contaba al teléfono. Este año seremos uno más a la mesa, Eduardo se ha sacado novia y dejará atrás al año con nosotros, tengo curiosidad por conocer a la dueña de esos ojos brillantes que he visto en algunas fotografías. Será genial abrazarlos a todos, y escuchar de nuevo al abuelo recordar el día de su boda, un treinta de diciembre, puesto que el día uno se marchaba a servir en el ejército. Cuando relata la historia se le iluminan los ojos, al igual que le pasa a la novia de Eduardo en las fotos.
Llego a la estación de autobús de casa a la hora que había previsto, mientras espero mi turno para sacar mi equipaje del maletero recibo el primer meme felicitándome el nuevo año, una pequeña sonrisa nace en mi rostro. Me dirijo a la parada de taxi, podría ir caminando, pero tengo demasiadas ganas de ver a todos. Al fin me encuentro a la entrada de la casa ¡Tengo ganas de gritar que he llegado! Pero sé que mi pequeña me espera cuando escuche sonar la campanilla de la puerta y con la que madre nos llamaba de pequeños para el almuerzo. Me acaban de dar el abrazo más amoroso de todos y mis ojos se emocionan cuando la chiquitina vacía en mis mejillas todos aquellos besos que guardaba en su corazón. Yo hago lo mismo, no puedo parar de besarla, y ahora mi hermana nos rodea también a ambas con sus brazos y nos aprieta muy fuerte. Laura ya casi me llega a la cintura y aunque me dice que ya es mayor a cada instante no quiere soltarse de mi mano, ni yo deseo que lo haga.
Esperamos todos juntos en el salón a que el asado esté listo. Madre ha dispuesto un pequeño aperitivo y una botella de vino para hacer llevadera la espera. Eduardo acaba de llegar con su nueva pareja, el fuego de la chimenea resalta aún más la luz de su mirada. Parece una joven muy cariñosa y no tarda en aceptar la invitación de Laura para unirse a jugar con nosotras en la alfombra. El abuelo ha traído más leña y se ha servido una copa de vino, la cual comienza a chocar con una cuchara para llamar la atención de todos. Este año no ha podido contenerse a esperar a la cena y empieza a contarnos emocionado el día que se casó con su hermosa Lena. Todos nos acercamos para escucharnos, madre le da un cariñoso beso y mi hermana lo toma del brazo mientras él sigue compartiendo sus recuerdos. La novia de Eduardo escucha anonadada y emocionada por primera vez sobre la boda de los abuelos. Madre, como buena anfitriona, nos ha servido una copa de vino a todos que sostengo con una sola mano, ya que mi niña se ha sentado a escuchar en mi regazo. Al terminar la historia todos aplaudimos con alegría y hacemos elogios al abuelo sobre sus hermosos recuerdos. Para sorpresa de todos, el abuelo, nos invita a brindar a pesar de que aún quedan algunas horas para que finalice el año. Por la familia, salud para todos, por estar más tiempo juntos, por el bizcocho de la abuela (deseo de Laura) ¡Feliz año a todos! Deseó por último el abuelo ¡Por un año usado de esos en los que se vivía mejor! Brindé y tal como había leído en aquel meme que me habían enviado horas antes ¡Por un año usado! Repetimos todos y reímos con las miradas llenas de luz y felices, muy felices.
“La magia en los nuevos comienzos es verdaderamente la más poderosa de todas” autor desconocido.
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