El fuego "prohibido"

La inconsciencia es uno de los mayores enemigos de la naturaleza, hay que apagar las colillas antes de tirarlas aunque si me lo permiten mejor no hacerlo

El fuego ha arrasado cientos de hectáreas.
El fuego ha arrasado cientos de hectáreas. MANU GARCÍA

Cada año lo mismo, terribles incendios forestales que arrasan miles y miles de hectáreas de bosques y zonas rurales. Arboledas que cada vez son más escasas, vegetaciones que quedan completamente arrasadas y centenares de vidas puestas en peligro por estos malditos fuegos.

Los bosques quedan hermosos en una foto enmarcada en el salón, y en las publicaciones que hacemos en redes sociales de nuestras vacaciones. Las funciones de los bosques van mucho más hallá que servir de decoración o de escenario bonito.

Las zonas boscosas y de abundante vegetación nos proveen del oxígeno necesarios para la vida, eliminando el CO2 del aire que respiramos cada vez más contaminado. Gracias a la sujeción de la humedad, las lluvias se hacen frecuentes y caudalosas. Sin embargo, tenemos que lamentar que cada año que pasa es más seco y caluroso que el anterior. No dudo de que esto es debido entre otras cosas a que cada vez haya menos bosques en España. Y aunque a algunos les interese ignorar que existe un proceso de deterioro constante en el planeta llamado cambio climático, estos gigantescos fuegos que perduran por semanas producen cantidades ingentes de CO2.

No solo la flora sufre las consecuencias del fuego, también la fauna. Los bosques son el hábitat natural para innumerables especies animales e insectos. Algunas de ellas autóctonas y propias de estas zonas incendiadas. Si hablamos de las especies en vías de  extinción, las perdidas son irreparables. Las crías de estas especies no tienen la menor oportunidad de huir del fuego, por lo que generaciones de las mismas mueren en estos incendios. Y no olvidemos que la naturaleza es sabia, si se pierde una especie sea cual sea, se pierde el equilibrio natural del ecosistema en la zona afectada. Además muchas especies dependen para subsistir de una vegetación propia de cada zona, al desaparecer esta la muerte hace acto de presencia.

Imposible de pasar por alto las consecuencias de los incendios en el aspecto humano. Son cientos las vidas humanas que se pierden por los fuegos, los brigadistas que fallecieron intentando extinguir un incendio forestal, las incontables casas extinguidas por el fuego y personas que se encuentran sin hogar, sin nada. No voy a entrar en estadísticas ya que los fuegos producidos por causas naturales como tormentas eléctricas, son muy poco frecuentes. Debemos lamentar que los incendios provocados por el ser humano ganan por abrumadora mayoría.

La inconsciencia es uno de los mayores enemigos de la naturaleza, hay que apagar las colillas antes de tirarlas aunque si me lo permiten mejor no hacerlo. No solo evitaremos los incendios, sino que también reducimos la contaminación. Me voy a reservar opinar sobre aquel que lanza el cigarillo encendido por la ventanilla del coche.

Pseudo ecologista: Dígase de aquella persona que se cree un experto en el hábitat de la naturaleza y que disfruta de paseos y acampadas en la misma. Eso sí, va dejando basura por donde pasa, sin recordar que el vidrio es más que suficiente para que se genere una gran catástrofe.

Pero si quisiéramos encontrar alguien que nos puede garantizar un buen incendio ese sería el “ experto”  en la quema de residuos y rastrojos. A este “experto” siempre se le ocurre seleccionar un día bien seco, caluroso y con mucho viento para esta labor. Elige un sitio bien abierto donde el aire fluye a sus anchas. Eso sí, su tiempo es oro, cuanto más grande sea el fuego mejor, así terminará antes.

También mencionar a los grandes cerebros de este país, que se sienten orgullosos de tener la gran idea del verano. No importa si estamos a treinta y nueve grados a la sombra, la idea de hacer una barbacoa en el monte es la mejor que han tenido en su vida.

Y mi mayor repudio para aquellos energúmenos que por motivos económicos provocan incendios intencionados en todo el planeta, con la idea de recalificar un terreno para construir en el. En 2015 se modificó la Ley de Montes que evitaba que al menos durante treinta años no se pudiera edificar en una zona quemada. Vergonzosa la legislación que permite que esto ocurra en nuestro país.

No puedo evitar decir aquello que el genio de Quino puso en boca de Mafalda “ que paren el mundo que me quiero bajar”. Los peores fuegos son los intencionados y estudiados para causar el mayor daño. Jamás entenderé a los “ mal nacidos” que provocan estos incendios. La ley debe ser el medio para acabar con estos delincuentes sin escrúpulos, y para ello debe endurecerse.

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