"Enhorabuena por tu vida"

Estoy convencida de que existen algunas personas que nacieron para que los demás se sientan felices alrededor de ellas

Pepe Domingo Castaño. "Enhorabuena por tu vida", de Vanessa Belizón.
Pepe Domingo Castaño. "Enhorabuena por tu vida", de Vanessa Belizón.

A veces nos resultan difíciles de entender los sentimientos y reacciones de las personas, sobre todo en situaciones incómodas en las que ni uno mismo sabe cómo puede reaccionar. Hago referencia a este hecho debido a que hace solo unos días nos dejó un conocido y gran profesional de la comunicación y de la radio como fue y será Pepe Domingo. Distintas reacciones y manifestaciones de sentimientos de seres humanos e inhumanos, personajes, personajillos y personas. 

Verán ustedes, yo he de confesar que no soy oyente frecuente de la radio, pero precisamente por el hecho de que existimos algunos que no frecuentamos las ondas (aunque conocedores del buen hacer de algunos profesionales del medio), hace que esto denote aún más la grandeza del que es admirado, en este caso Pepe.  

Para nada era mi intención escribir esta semana sobre la trayectoria profesional de este señor que nos acaba de abandonar aquí en la tierra. Pero observas a tu pareja emocionada al escuchar hablar de él, con “morriña, por lo que está lejos” como él decía en sus entrevistas y recordando uno de los mejores momentos que ha vivido en el gran Teatro Falla de Cádiz, escuchando y viendo a Pepe Domingo. Cuando ves a gente que no tiene que vender nada cara al público llorar con congoja porque aquel que lo decida decidió llevarse a Pepe a su lado, no puedes hacer otra cosa que interesarte por conocer mejor quién fue aquel que hoy es además de admirado llorado. 

Entre otras cosas también fue escritor, y de los valientes, publicar una biografía sin censuras como él lo hizo solo puede ser de valientes. Prólogo de lujo escrito por Julio Iglesias, ambos presumían de su gran amistad y eran conscientes del valor de la misma. El cantante (me refiero a julio porque Pepe también lo fue) dijo en la presentación en la radio el día que su amigo presentó su libro “Enhorabuena por tu vida”, viniendo de uno de los artistas más grandes del mundo y con lo que debe llevar vivido no es poco significativo tal hecho. 

Lo escuché describir (con su talentosa voz), como el perdón verdadero no necesita palabras, una verdad tan certera como que, y a pesar de que aún cueste creerlo, ya no se encuentre con nosotros. Imagino que a lo largo de su vida tuvo enemigos como todos, pero estoy segura de que los salvó de tan lastimosa situación con un abrazo. Es bueno perdonar sin hablar, ya que el verdadero perdón a de ser instantáneo, al igual que la confianza debe ser construía por el tiempo.

El covid no pudo con él, aunque casi, Julio le dio la enhorabuena por su vida. Desobedecía constantemente a todo aquel que pretendiera que actuara en contra de lo que le decía el que latía. Murió teniéndolo todo, pero sabiendo y no olvidando lo que suponía no tener nada. Nadie le regaló nada y él incluso dio más de lo que seguramente era consciente. Muchos coinciden en que no era el momento de dejarnos y tal vez por eso marchó para no ser olvidado, algo que solo consiguen los grandes. El maldito covid lo intentó, pero entonces tampoco era su momento. 

Como ya he comentado, no había pensado escribirles sobre este gran comunicador esta semana, y no voy a decir que finalmente lo hice porque pienso que le debía unas palabras de recuerdo. Tampoco quise hacerlo un pequeño homenaje. Las muestras de cariño se han de dar en vida y tal como decía el locutor gallego, “el cariño es lo más valioso del mundo”. Estos días, sin necesidad de escuchar demasiado, he percibido cuan generoso fue este señor y cuanto afecto entregó. “Un ser mágico” fue lo primero que escuché de él tras la noticia de su fallecimiento.

Estoy convencida de que existen algunas personas que nacieron para que los demás se sientan felices alrededor de ellas, algunos los llaman seres de luz, otros ángeles y para mí son los únicos capaces de hacer algo por la raza humana "los salvadores". Pepe era consciente de ello y además sabía de la necesidad de dejar discípulos entre los que consideraba dignos para ello. No hace falta decir que era un salvador 

Encontrar tu propia paz interior, vivir sirviendo de ejemplo a los demás siendo tú mismo, continuar tu viaje sin detenerte en los que se quedan atrás. Sabiendo que solo quedaran unos pocos para regar las semillas, podarlas y cobijarse bajo su sombra. Tener un don y hacer partícipes de él a los demás, usarlo para inundar de felicidad a los que te rodean. 

“Saca las pipas que quiero compartirlas”, Pepe Domingo Castaño.

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