Uno de los grandes atractivos de la estación del verano, sobre todo para los melómanos, es que con él llega la época propicia para ver a su grupo o contante favorito en directo. Tenemos que señalar que, una vez que el CD y otros dispositivos quedaron obsoletos y han pasado a ser objetos de coleccionistas, los conciertos son la mayor fuente económica para artistas, promotores y distribuidores de entradas.
Pero todo comienza muchos meses antes de que llegue el día del espectáculo, incluso años de antelación; cada vez es más frecuente que las tan deseadas entradas para un concierto sean el regalo de cumpleaños, Navidad, graduación e incluso de la primera comunión para algunos. Dependiendo del caché del artista, de su trayectoria musical y de que esté más o menos de moda entre el populacho, el precio de las entradas puede llegar a disparatarse a precios no accesibles para todos. Hay quienes ahorran durante meses para poder pagar una entrada de su artista favorito, incluso quienes piden un anticipo o préstamo bancario para disfrutar de un espectáculo de dos horas.
Pero lo frustrante e indignante para el fan no solo es el precio disparatado de algunas entradas para los festivales o conciertos. Lo peor que le puede pasar a un gran fan es contar con el dinero para adquirir la entrada y no poder conseguirlas porque estas se agoten. Los teléfonos móviles y dispositivos electrónicos de una mega fan tienen las alarmas programadas con meses de antelación para que ningún descuido le impida comprar la entrada. Dos de los días del total de las vacaciones que un fan dispone son para comprar la entrada (estar delante del ordenador en casa) y, por su puesto, el día del concierto de su artista preferido. Aun así, a veces todas las medidas y esfuerzos no son suficientes porque hay algo en lo que el fan nunca quiere pensar y que, cuando se topa con ello, es totalmente devastador: la reventa.
El fan suele acceder a las páginas oficiales de ventas de entradas. ¿Pero qué ocurre cuando, tras hacer lo imposible, a los veinte minutos de ponerse a la venta ya no hay entradas? Hay quien se conforma sin más, quien se frustra en sobremanera y queda mal durante un tiempo psicológicamente y quien, al sentirse emocionalmente vulnerable, cae en la gran estafa de la reventa. No voy a mencionar nombres de aquellos que se dedican a estafar y se hacen ricos a costa del dinero y las ilusiones de muchos, basta con buscar por internet para saber de quiénes se tratan. También está la reventa “particular”, aquel que compra dos entradas y espera las últimas horas para venderlas a precio de oro.
Con respecto a esto último, tengo que decir que si alguien adquiere una entrada de esta forma en mi opinión, y aunque la entrada no sea falsa en el momento en que acceda a enriquecer al que vende, está consintiendo en hacerlo y con lo cual la estafa no es tal. Muchos no estarán de acuerdo con lo que acabo de argumentar, pero insisto que nadie te pone un cuchillo para pagar cuatrocientos euros por una entrada que cuesta cuarenta y cinco. En el caso de internet, puedo entender que si no eres espabilado y debido a anuncios y publicidad engañosa puedas estar comprando una entrada a una empresa de reventa y ni siquiera lo sepas.
Crean que es totalmente verídico cuando les digo que, cuando llega el día de un espectáculo musical, festival o concierto, son muchas las personas que descubren que han sido estafadas. Al pasar por el control de entradas, cientos de personas se encuentran con que sus entradas no son válidas bien porque han sido falseadas y no cumplen la legalidad, porque ya han sido pasadas por el control y el lector (es decir han vendido varias veces la misma entrada) o incluso resultan ser entradas para un concierto de su artista favorito, pero que ya se ha celebrado.
El origen de todo esto es el hecho de que cuando se ponen en venta las entradas, estafadores profesionales o empresas de reventa cuentan con programas informáticos que adquieren cientos de entradas en menos de un minuto. El comprador honesto y de a pie se encuentra con la página de venta oficial bloqueada, en una cola de espera que nunca avanza y cuando por fin se le da acceso a la compra, aparece el cartel de “agotadas” y a continuación mensajes, links y anuncios que les incitan a caer en comprar en la reventa.
Los fans y habituales de los conciertos culpabilizan a las autoridades y a la falta de leyes con respecto a estas actuaciones. Existen leyes que, claro está cómo sucede con otras, muchas no se cumplen o no en su totalidad. También no hay que olvidarse de que quien hace la ley hace la trampa. ¿En España es legal la reventa? Pues en la respuesta a esta pregunta se encuentra la primera trampa: la reventa de entrada en Internet es ilegal o no en función de la comunidad autónoma.
En comunidades como Andalucía, Cataluña, Madrid e Islas Canarias y algunas otras, su legislación prohíbe la reventa telemática de entradas. En el resto de las comunidades, o bien no hay legislación sobre la reventa, o únicamente está prohibida la misma a pie de calle. Como ven, hay una laguna bien grande acerca de la legislación de la reventa, pero siempre habrá quienes saquen beneficio de malas maneras y jueguen con las ilusiones de otros. Si son verdaderos fans y amantes de la música, no lucren a estos delincuentes de la cultura. No se dejen estafar por no ser menos que nadie y conseguir a toda costa una foto en un concierto para subirla a redes sociales. Independientemente de las leyes mal constituidas, si no compramos en la reventa, les reventaremos el negocio a muchos.


