Antivalores

Todo lo que se argumente fuera de lo que realmente es importante a mi entender, es solo una pérdida de tiempo y denota la falta de tolerancia que existe en la sociedad y en el mundo en general

La nueva 'Sirenita' de Disney, en el tráiler de la película.
La nueva 'Sirenita' de Disney, en el tráiler de la película.

Hace unos días acudí al cine a ver un estreno recomendado por un amigo. Esperando en una de esas modernas antesalas para acceder a ver la película, en una enorme pantalla se reproducían ante los ojos de todos, los próximos estrenos con los que nos deleitará el séptimo arte. Entre estos llamó la atención de los jóvenes, y de algunos adultos allí presentes, el tráiler de la nueva adaptación live action de la clásica película La Sirenita, desatando un debate entre algunos de los espectadores que ya dio comienzo días atrás en redes sociales con enfrentamientos y críticas. ¿El motivo? El cambio en las características físicas de la protagonista de la historia. 

El personaje de Ariel era una chica de origen danés (así consta en el cuento original), con grandes ojos azules, de piel nacarada y un largo cabello rojo. Sin embargo, Disney ha tomado en mi opinión la acertada decisión de que la actriz que interprete a la famosa Sirenita sea Halle Bailey, una joven de gran talento interpretativo, estadounidense de raza negra y que, aunque personalmente me avergüenza tener que escribirlo, es el origen de las críticas. 

Y aunque estamos hablando de una película dirigida sobre todo a un público infantil o juvenil, en su mayoría son los adultos los que se han quejado de la elección de la actriz para interpretar el personaje de Ariel. Seguramente muchos de ellos han crecido con la imagen de sus personajes preferidos y han creado un vínculo con estos dibujos animados, y por eso se les debe hacer difícil concebir otra imagen.

Sin embargo, es máxima la alegría con la que muchas niñas han recibido esta noticia. Un contraste que en medio de esta polémica brinda a los no ya tan niños una oportunidad para aprender a valorar la historia más allá del color de la piel de sus personajes. 

Lo que Disney nos mostrará en la gran pantalla será la historia de una joven que quiere salir a un mundo desconocido y que para ello está dispuesta a renunciar a lo más valioso que tiene para conseguirlo, su voz y el cariño de su familia. Este mensaje y los valores que conviven dentro de él es lo que realmente importa de la película. 

Todo lo que se argumente fuera de lo que realmente es importante a mi entender, es solo una pérdida de tiempo y denota la falta de tolerancia que existe en la sociedad y en el mundo en general. Padres que deberían preocuparse porque sus hijos fueran educados sin conocer el significado de la palabra “racismo” y que por el contrario, una vez más, su único propósito es que la burbuja que han construido para ellos no llegue a romperse. 

¿Cómo le explico yo a mi hijo que la Sirenita es negra? Realmente es bastante decepcionante se mire por donde se mire que haya quien se plantee esta disyuntiva. Con una buena base de educación no sería necesario que esta preocupación aflorara y manchara a un clásico de la literatura infantil y que todos deberíamos seguir recordando como hasta ahora, e independientemente de que se nos muestre de un color u otro. Clásicos del cine y de la televisión que existen en nuestra memoria en blanco y negro jamás han suscitado esta polémica. 

Educarnos en que la importancia de una historia, de una persona, no está en el color de la piel es la herramienta para un cambio social tan importante como necesario. Los niños no nacen con el antivalor de la discriminación y su importancia radica en lo que se da alrededor de las personas y, en este caso, en los personajes animados a los que sueñan e imitan. Las acciones, el talento, carisma y manera de afrontar las adversidades de los protagonistas es lo que genera su admiración y estima hacia ellos. De la misma forma les ocurre con las personas que les rodean en la vida no animada, en el mundo real.

La vida está llena de colores, todos igual de válidos y hermosos. No se trata de escoger, sino de saber convivir con ellos, mezclarlos, valorarlos. Mejor sería sonreír cada vez que uno de ellos nos salpique y sentirnos afortunados de saber apreciar y transmitir lo que cada uno de ellos nos aporta.

Y tal como razonó el escritor concluyo: vivir el mundo en blanco y negro nos aleja de la moderación y de la paz interior porque la vida, por donde se mire, está compuesta de matices (Walter Riso).

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