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Lo importante aquí no es el lucimiento o la vistosidad, la visibilidad o la acústica para oír a las bandas y al capataz. Nada de eso: aquí lo que preocupa es la seguridad y la historia va a quedar escrita.

Relacionado con el tema del cambio en el inicio de la Carrera Oficial, que hace dos meses sólo era un proyecto entre muchos, el presidente de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico (que ya no soy yo, cambien el chip) decía que “en un tema tan crucial (porque estamos hablando de seguridad, movilidad y accesibilidad) como este no se puede dar la espalda a los vecinos. La asociación es la única legal a nivel vecinal que hoy por hoy trabaja en la zona intramuros y pedimos a la alcaldesa que, antes de tomar decisiones de este calibre, nos dé participación”. Y resulta más que justa dicha reclamación, ya que, entre otras cosas, los residentes tiene un conocimiento de la zona fuera de toda duda y, aunque sea por mínima cortesía, se debería conocer la opinión de los que soportan durante más de dos meses el montaje de los palcos y sus molestias, sean cofrades o no lo sean.

Dicen que el tiempo suele poner a cada uno en su sitio y, ciertamente, eso parece que sucedió a las pocas horas, cuando el vicepresidente de la Unión de Hermandades era cesado (o había dimitido u otra cosa, que hasta para eso se está rizando el rizo) y declaraba prácticamente lo mismo que Manuel Flores, que por otra parte tampoco es una persona sospechosa de ser anticofrade ni nada por el estilo. Ese complejo que tienen los políticos de considerar enemigos acérrimos a aquellos organismos que se muestran críticos con ellos y su traducción en el castigo de no darles participación por despecho (porque sí, porque yo lo valgo), no hace sino aumentar la imagen de mediocridad e incapacidad de esos políticos. En Jerez hemos tenido y tenemos muchos de estos, por eso es la segunda ciudad de España en deuda pública y la primera en solicitar ayudas al fondo de rescate de todo el país. Tras las teles de plasma y el vivir por encima de nuestras posibilidades se encuentra la pésima gestión y la verdadera causa de la ruina, la crispación y los verdaderos culpables de la situación, no lo olvidemos.

La palabra ratonera se extiende a través de las redes sociales, donde parece que los cofrades se están posicionando mayoritariamente en contra de este sinsentido que va a traer múltiples problemas. Obviamente todo el mundo tiene derecho a opinar (de hecho, lo estoy haciendo yo ahora), pero quien anteponga lo bonito que pueda quedar algo a la seguridad y las dificultades de evacuación, si ocurriese algo, una de dos: o tiene pocas luces o ninguna directamente. Sobre los contra de la nueva Carrera ya he opinado con anterioridad, por lo que ahora me gustaría centrarme en algo que Miguel Perea desveló este fin de semana y que cambia toda la visión y el porqué de lo ocurrido. Y es que resulta que este cambio, si Perea, al que no conozco (al igual que a Dionisio Díaz), dice la verdad, es obra del propio delegado de Urbanismo y Dinamización Cultural. O lo que es lo mismo: del autor de “a la peña La Buena Gente hay que echarlos como sea”, llega ahora “me fabrico una trampa en pleno centro y lo disfrazo de forma que parezca que parte del seno de la Unión de Hermandades”. Repito: si Perea está en lo cierto, esta manipulación burda y torticera no debería pasar desapercibida para nadie.

Se dice que este cambio se hace para facilitar el tránsito rodado desde la Alameda Cristina hasta la Rotonda. ¿A quién pretenden engañar? ¿Es que acaso las hermandades, y todos los días son varias, que llegan o regresan desde esa zona de la ciudad van a pasar tanto a la ida como a la vuelta sin cortar el tráfico en ningún momento? ¿Alguien de verdad cree que no va estar cortada toda esa zona como sucede en la actualidad?

"Aparte de poner en serio compromiso la seguridad, parece que nos quieren tomar por tontos integrales intentando mostrarnos una realidad alternativa y una operatividad que en ningún caso se producirá por razones más que evidentes"

Pero el motivo principal, parece ser, es el hecho de que los palcos de Cristina y Aladro son los que le reportan más gastos al Ayuntamiento, pero simultáneamente el presidente de la Unión de Hermandades declaraba que el número de palcos va a ser prácticamente el mismo. Es evidente que alguien o los dos mienten como bellacos. Aparte de poner en serio compromiso la seguridad (sólo hay que hablar con policías a nivel personal para conocer la realidad), parece que nos quieren tomar por tontos integrales intentando mostrarnos una realidad alternativa y una operatividad que en ningún caso se producirá por razones más que evidentes. Ante la excusa de Camas de lo costoso del montaje de los palcos en Cristina, caben dos posibilidades: que el coste lo asuman las hermandades, tal como sucedió hace unos años, o que esa zona siga siendo Carrera Oficial, pero sin palcos, que tampoco se acabaría el mundo por ello. Lo que no es normal es que se pretenda desviar la cuestión hacia una ratonera sin salida en caso de las más mínima eventualidad, que esperemos no se presente jamás.

Manuel Flores lo expresó perfectamente, es indispensable reclamar ante los organismos competentes “para que la historia quede escrita, porque después pasan las cosas y todo el mundo se lava las manos”. Por eso se va a poner en conocimiento la situación ante el Defensor del Pueblo Andaluz y la Subdelegación del Gobierno. Me consta que ambas peticiones se han cursado ya a través de los cauces oficiales. En ningún momento se habla ni de visibilidad ni de lucimiento, lo primero daría para otro artículo y lo segundo es un matiz tan subjetivo que no merece la pena ahondar en él. Y vuelvo a preguntar: ¿Alguien ha pensado en los vecinos y negocios de Eguilaz y plaza del Banco y ha querido tener en cuenta sus opiniones en todo esto? ¿Alguien sabe qué va a pasar con el ficus de la plaza del Banco? El oscurantismo es tal, que ni siquiera se sabe la respuesta oficial a lo declarado por Miguel Perea por parte de miembro alguno de la Unión de Hermandades. Camas, a lo suyo declarando que no tiene nada que ver en ésto, como cuando dijeron que la declaración de ZAS viene por las molestias de los partidos de fútbol televisados…

Lo importante aquí no es el lucimiento o la vistosidad, la visibilidad o la acústica para oír a las bandas y al capataz. Nada de eso: aquí lo que preocupa es la seguridad y la historia va a quedar escrita. Si sucediera algo lamentable durante la próxima o las próximas Semanas Santas en la zona de Tornería y plaza del Banco, cuando los perpetradores de todo este tinglado pretendan esconder la cabeza y sacudirse su responsabilidad, siempre habrá constancia de que seis meses antes un grupo de jerezanos lo denunció de forma oficial. Que no digan que no lo sabían porque, por mucho que corran en su huída, no podrán escapar de la ratonera del destino y la justicia.

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