Pandora en China

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

habitaciones_de_la_muerte.jpg
habitaciones_de_la_muerte.jpg

Probablemente recuerden el escalofriante documental Las habitaciones de la muerte. En el mismo se narra el viaje de tres reporteros del canal de televisión británico Channel Four por China, haciéndose pasar por trabajadores de orfanatos occidentales para así poder conocer el funcionamiento de estos centros en ese país. El documental pone de manifiesto los efectos de la política de hijo único establecida por el Gobierno chino para frenar el crecimiento demográfico. La preferencia cultural tradicional por el varón en la sociedad china ha provocado una tragedia para el sexo femenino. Además de practicarse millones de abortos selectivos, muchas niñas (pero también niños discapacitados) han sido abandonadas tras nacer. A muchas de las que llegaron a los orfanatos no les esperaba un futuro mejor. El trato dispensado a estas criaturas ha sido tal que muchas perecieron, abandonadas, en las llamadas “habitaciones de la muerte”.

Este documental fue emitido por primera vez el 19 de octubre de 1995 por TVE. El impacto social que provocó fue enorme, disparando en todo el mundo las peticiones de adopción de niñas chinas, también en nuestra ciudad. Para aquellas personas que deseen verlo de nuevo o por primera vez, se encuentra facilmente en YouTube, en versión doblada, buscándolo por su título.

Esta semana hemos conocido la intención del régimen chino de abolir la política del hijo único implantada en 1979 bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, y bendecida por la ONU entonces. La elevación de forma oficial a dos, del límite de hijos por pareja, supone el reconocimiento del fracaso del experimento social impulsado por Deng hace cuarenta años. El resultado de la política del hijo único, además del sufrimiento infligido a las niñas chinas y sus padres, ha provocado un envejecimiento de la población propio de sociedades occidentales como la nuestra. El incremento de la natalidad no va a ser fácil. Ahora el límite no es tanto legal como económico. Se estima que un 43% de la población no piensa aprovecharse de esta medida debido al elevado coste de tener hijos, particularmente en las zonas urbanas, donde el desarrollo industrial y el cambio económico y social ha sido extraordinario.

Efectivamente, quién diría que nos encontramos ante un país que se declara formalmente comunista, pero que ha caminado con paso firme hacia el capitalismo en las últimas cuatro décadas, aumentando las desigualdades sociales. Un país que sufre los males de este sistema económico sin disfrutar de la democracia y todo lo que ella conlleva, como la libertad de expresión y la posibilidad de oponerse a las medidas de los gobiernos.

A la ralentización de la economía china (propia de un sistema económico capitalista afectado por ciclos económicos, como es lo habitual), se unió durante el verano la tormenta financiera provocada por el estallido de una burbuja bursátil. Hasta su aparente estabilización, el mundo contuvo la respiración esperando que, lo que estaba ocurriendo, no pasase de ser un traspiés sin consecuencias. La importancia de la economía china, segunda del mundo, no es un asunto menor. Las consecuencias de un crack chino podrían ser nefastas para el mundo entero.

Pero la lista de los males del país no se cierra con el apartado económico. O mejor dicho, íntimamente ligado a él, se encuentran otras dos amenazas muy presentes. La corrupción, que campa por sus respetos, como demostraron los papeles del Chinaleaks, que destaparon fortunas ocultas de destacados miembros de la nomenclatura china fruto de un entramado corrupto. Y el deterioro del medio ambiente. En el invierno pasado, el documental “Bajo la cúpula”, de la periodista de televisión china Chai Jing, causó sensación en su país por la denuncia que realizaba de la grave contaminación medioambiental de ciudades como la capital, Pekín.

Posiblemente, la unión de ambas amenazas se puso de manifiesto el pasado agosto con las explosiones que devastaron la terminal de contenedores del puerto de Tianjin. Más de 100 fallecidos por la imprudencia o avaricia de situar sustancias químicas altamente peligrosas en entornos urbanos.

En definitiva, parece que los males propios de las sociedades industriales del capitalismo hubieran aflorado en la China de hoy en día (envejecimiento de la población, crisis económica, desigualdades sociales, corrupción y atentados al medio ambiente), combinándolos con una falta de libertad y transparencia que nos oculta la magnitud verdadera de lo que está pasando. Parecería como si la Pandora mitológica hubiera abierto su caja en China. La caja en la que guarda todos los males del mundo. 

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído