Palcos de Semana Santa en Jerez, edición verano 2015

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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Yo me considero una persona religiosa. Por tradición soy católico. Si hubiese nacido sólo 150 kilómetros más abajo sería musulmán y muy posiblemente, pudiera estar en la cárcel. Pero tuve suerte, vivo en Jerez y fui educado de esa manera. Ya, con veinte años y con la razón que se suele tener a esos años, me confirmé en la fe católica con Don Rafael Bellido.

Vivo la fe de una manera privada o en mi casa, o en el templo, o donde me plazca sin molestar a nadie. Y también de una manera pública, porque ¿qué es un católico, un cristiano si no manifiesta públicamente su fe? Yo la manifiesto públicamente escribiendo o haciendo radio. O en cualquier conversación cuando se encarta. La ventaja que tiene esto es que si a alguien molesto, no me lee, me apaga o se da media vuelta.

Pero otros hermanos de religión han decidido hacer su fe pública de otra manera. Manera que respeto, pero que no entiendo, pero bueno, yo no tengo por qué tener la razón. Deciden tomar las calles de la ciudad y sacar figuras religiosas. Entonces, surge lo inevitable: que lo religioso público se mezcla con lo laico público y ya tenemos el lío montado.

Realmente, el lío no debería ser ninguno. Todo ciudadano/a tiene el derecho de manifestación. Y eso es lo que se ejerce cuando se hace una procesión en la calle. La diferencia entre las procesiones y el resto de manifestaciones es que los sindicatos, las mareas, etc… no ponen palcos para que las gente los vea pasar. Sobre todo porque son muy impertinentes y te gritan si vas por la acera: ¡Tú qué miras, únete!, y no sabes dónde esconderte. Algo que jamás te pasará en una procesión. Nadie te dirá que te unas. Al revés, te pondrán un palco –que pagarás– y te pedirán que te calles.

Ustedes saben que el principal problema de nuestra ciudad, después del paro, son los palcos de Semana Santa en Jerez. Algo que crece año a año, con una mitosis salvaje y que cualquier día veremos el inicio de la Semana Santa allá por la rotonda del Opus, por Pozoalbero, para aprovechar ya que estamos, las últimas rotondas religiosas inaguradas por el gobierno del PP.

El concejal Paco Camas, nuevo en esto, mayor en otras cosas, tuvo que hablar porque le preguntaron, de los palcos. Y dio una opinión bastante responsable: que habrá que revisar el tema. Pues claro. De lo más lógico. Todo el mundo en Jerez está harto de tanto palco por un lado (¿cuántos kilómetros serán?) y de tanto estirar el cuello para ver por encima de ellos. En algunos casos, como en la calle José Luis Díez frente al Centro de Salud, antiguo ambulatorio, (que ilustra este artículo) tienes que utilizar hasta la pértiga.

Sorprendente es la rápida respuesta de la Unión de Hermandades. Que si patatín, que si patatán, y llama a la ignorancia del concejal. Bien empezamos. A eso se le llama cortesía y ganas. Y después, la polémica en la calle y en internet, a favor, en contra, que si tú eres así, que si tú eres asao, y lo que más me repatea, ese recurso justificativo que siempre sacan: que las hermandades ayudan a Cáritas. ¿Y qué tiene eso que ver? ¿Son conscientes del daño que hacen y se hacen al proclamar a los cuatro vientos su ‘ayuda’ social? Haz las cosas en secreto, que tu Padre que ve todo lo oculto, te recompensará, nos recuerda el Evangelio. Y dejen de mezclar el nombre de Cáritas con la Semana Santa, porque hay gente que no soporta el tema hermandades y ayudan a Cáritas, y lo único que se consigue con esta polémica es meter la pata. Bastante cuesta ya buscar ayuda, para ir poniendo chinitas por el camino.

El tema palco no es un tema religioso. El tema palcos Semana Santa Jerez es un tema ciudadano porque afecta a la ciudad y es el Ayuntamiento, nuestro máximo representante, de cofrades y no cofrades quien debe decidir lo que sea. Oír a las hermandades como se oye a todo el mundo. Pero es el Ayuntamiento quien tiene que resolver cualquier cuestión (longitud, número, cobro, a quién va destinado el dinero, etc) sobre los palcos. ¿Por qué? Porque en Jerez manda la ciudadanía y no sólo una parte que se manifiesta de esa manera tan peculiar. Tan peculiar que algunas gentes a este acto de proclamación de fe religiosa lo consideran industria turística. Fíjense hasta dónde ha llegado la dimensión del disparate.

Cuando pienso en este tema recurrente, los palcos de Semana Santa en Jerez, siempre se me viene la canción de Aute a la cabeza, pero con otra letra: Palco, palco, palco, palco, más palco por favor, que toda la Semana Santa es palco, que toda la Semana Santa es palco, y los palcos, monedas son.

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