Paisaje después de la batalla, ¿y ahora qué?

Foto Francisco Romero copia

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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Primera conclusión. Pelayo, que ya no es María José ni exhibe la marca PP, está de los nervios convencida de que o es alcaldesa o se acabó. Difícilmente conseguirá renovar como  senadora en noviembre, ni acceder a otro acomodo en cargo público tras las debacle sufrida en toda España por su partido, lo que generará overbooking en los puestos a repartir. Eso explicaría su histeria postelectoral con aquello del “pacto del odio y el rencor…” Frágil memoria la de la todavía alcaldesa, que olvida que lo fue en 2003 siendo la lista menos votada y con un pacto del odio: el que ella le tenía a Pedro Pacheco y viceversa, con quien la obligó a pactar Javier Arenas. También olvida que, llegado el momento, se negó a traspasar el bastón de mando como establecía el acuerdo que, recordemos, era dos años el PP y dos años el PSA al frente de la Alcaldía.

Segunda. El PSOE va recuperando a su electorado tras el cuatrienio negro de Pilar Sánchez. Ya se vio en las europeas y andaluzas y, aunque ha perdido votos respecto de esta última, ha ganado 7.500 si comparamos con las últimas municipales. Con siete concejales, Mamen Sánchez lidera la respuesta social desde la izquierda contra Pelayo y el PP y se sitúa como la alternativa razonable para ser la próxima alcaldesa de Jerez. La diputada socialista resultó triunfadora en un proceso de primarias muy ajustado y tendrá que luchar, además, por la unidad del PSOE local cuya historia es un sinfín de desencuentros. Si impera la cordura, sería una gran oportunidad de los socialista para reconciliarse con su electorado en Jerez y abrir un nuevo periodo en el propio partido.

Tercera. El resultado de IU, con dos concejales, representa un gran triunfo personal de Raúl Ruiz-Berdejo, liderando una marca en sus horas más bajas y más tras la trifulca que supuso el proceso de primarias, que dejó algunas grietas en su formación política. Ese triunfo personal lo ha sido también de la gente que le ha acompañado en su candidatura y el resultado de una campaña seria con un buen plan de comunicación a pesar de los escasos medios de que han dispuesto. Raúl Ruiz-Berdejo ha tenido que luchar contra el empuje de Ganemos, pues ambas formaciones se disputaban el mismo electorado.

Cuarta. Albert Rivera ha conseguido meter la marca Ciudadanos en el Ayuntamiento de Jerez, colocando a dos concejales absolutamente desconocidos para el electorado y que ni siquiera son jerezanos. Su posicionamiento municipal dependerá de las consignas que dicte Rivera para todo el territorio español. Poco más se puede comentar, salvo que lo estratégicamente razonable sería que no sirvieran de muleta del PP, ni en Jerez ni en ninguna parte, siendo el partido al que pretenden desbancar como alternativa desde el centro derecha.

Quinta. Dejo para el final a Ganemos. Sin duda es el partido sobre el que recae en estos momentos la decisión de desalojar a Pelayo de la Alcaldía o de dejar que siga gobernando. Con un candidato desconocido (único que se presentó como alcaldable en la agrupación de ciudadanos) han conseguido, bajo el paraguas de la marca Podemos (algunos electores se afanaban en los colegios electorales buscando a Pablo Iglesias) unos extraordinarios resultados. Ahora tendrán que decidir si mantener el discurso de la pureza de sangre, ese que les hace abominar del bipartidismo y la “casta” y que se apoya en el lema “PSOE y PP la misma mierda es”, o bien sumarlo a una mayoría de izquierda que, bajo distintas fórmulas de pacto, desaloje a la derecha del Consistorio. La aportación de la marca con la que Podemos entra en el Ayuntamiento puede resultar decisiva para sanear la política local en un nuevo tiempo en el que impere la trasparencia, la regeneración democrática local y la instauración de mecanismos de participación ciudadana en la gestión de los asuntos públicos. Pero su decisión, en uno u otro sentido, condicionará su futuro. No estaría de más que observaran lo que ha sucedido en Extremadura, donde el apoyo de IU al PP ha hecho desaparecer a la coalición del mapa político.

Reflexión final. No es fácil el paisaje después de la batalla electoral, pues cada opción política tiene que interpretar el mandato de la ciudadanía y conciliarlo con la realidad municipal y las urgencias de todo tipo que tiene nuestra ciudad. En Jerez una mayoría social ha decidido que Pelayo salga de la Alcaldía. Ahora toca que cada partido haga sus cuentas. En el PSOE parece que hay dos opiniones: la de quienes están dispuestos a asumir un pacto de gobernabilidad con Ganemos/Podemos, en la línea de lo que ha sucedido en Cádiz, y quienes exigirían su entrada en el Gobierno. Estos últimos convencidos de que el apoyo solo a la investidura de Mamen Sánchez sin comprometerse en las tareas de gestión dejaría todo el desgaste para los socialistas y el cómodo trabajo de fiscalización a los concejales de Pablo Iglesias. En Ganemos las opciones que se barajarían serían apoyar solo la investidura de Mamen Sánchez o no apoyar a nadie, una ecuación imposible, pues no apoyar al PSOE (partido mayoritario en número de votos de la izquierda) significaría apoyar a Pelayo, que es el partido de la derecha, o derecha extrema, en Jerez. Es lo que tiene la política cuando se abandona el discurso de las tertulias y los círculos, que hay que mojarse.

Unos y otros tendrán que atender las líneas que se está imponiendo en todos los ayuntamiento y comunidades, remarcadas por Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, y las ansias de cambio de la ciudadanía, que se resume en desalojar de alcaldías y comunidades a todas las gaviotas sumando el voto de la izquierda, algo que ya está concretado en Barcelona, con Ada Colau; en Madrid, con Manuela Carmena y, más cerca, en Cádiz con José María  Gonzalez Kichi.

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