La exministra de Igualdad Irene Montero, candidata a las europeas por parte de Podemos, acudió este martes a la Semana Cultural por la Paz en Marinaleda. Este año, todo gira en torno a la situación de los Humosos, la finca que explica el rumbo de la localidad, un reducto comunista desde la Transición en una esquina de Sevilla.
El plan andaluz es eliminar la concesión administrativa, que permite a la cooperativa competir en el mercado actual y que, en parte, gracias al empleo que genera, sostiene en parte el modelo de Marinaleda. "Lo único que van a hacer con esa tierra es especular, sin cuidar el territorio y sin importarles ni el empleo ni la forma de vida de las familias andaluzas", indicaba Montero.
Sergio Gómez Reyes ha sido quien ha revalidado la Alcaldía, tomando el relevo al frente del pueblo, aunque por solo 44 votos. Cuatro décadas de hegemonía de una izquierda que está a la izquierda de la izquierda, y cuyo referente es Juan Manuel Sánchez Gordillo.
Con su barba, su pañuelo palestino, su estilo desaliñado, ha sido siempre diferente en su paso por la política. Sin él no se entiende la presencia de CUT (Candidatura Unitaria de los Trabajadores) en el Parlamento de Andalucía. Acabó rompiendo con Izquierda Unida por acercarse al PSOE.
Hoy, tener 75 años sería algo sobrellevable. Pero la salud no ha acompañado a Gordillo. Un ictus impidió que volviera a presentarse a las elecciones municipales. Ha impedido que vuelva a ser la voz discordante en los medios, o en la cabeza de manifestaciones.
Montero, tras acudir a la charla en Marinaleda, subió una foto a sus redes sociales que evidencia más por lo que no dice que por lo que dice. Una foto estratégicamente cuadrada. Sánchez Gordillo, sentado, y casi de espaldas, y la exministra dándole un abrazo emocionada.
Hoy, aquel sueño de la tierra pal que la trabaja está amenazado por una ley andaluza que romperá con el sistema de gestión de Los Humosos. Hoy, Diego Cañamero, otro histórico de CUT -pero, sobre todo, del SAT, su sindicato hermano- volverá a concurrir a una lista, la de las europeas, bajo la marca de Podemos.
La pretensión política del gordillismo, hoy, parece que pasa por ese Podemos que ha roto con Izquierda Unida para tratar de ser la izquierda de la izquierda. Eso es lo que dice sin decir la foto y la candidatura de Cañamero a las europeas.
Lo otro que dice la foto, pero sin decirlo, es que el estado de salud de Sánchez Gordillo no ha ido a mejor. Al contrario, cuenta El Mundo que es a día de hoy, sin entrar en detalles excesivos, muy dependiente.
Y, por último, también transmite algo. Y es que la Andalucía profunda y agraria que fue ya cuenta con nuevos liderazgos. Que el de Gordillo, desde que dejó la Alcaldía, es un liderazgo histórico que tener en cuenta. Pero sin manifestaciones, sin presencia en el Parlamento andaluz, sin intervenciones en la tele, Marinaleda ha perdido a su gran referente.
Una cuestión de memoria, porque, en parte, para Andalucía, desde aquella noche electoral en que CUT revalidó el mando sin Gordillo, se fue apagando una parte de la historia política reciente andaluza y española. Montero le quiso dar ese abrazo intergeneracional. Uno que dice mucho de la actualidad. Y de que en política, también, los dirigentes son solo personas, con sus propias guerras personales. El alcalde histórico de Marinaleda está viviendo la suya.
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