Desde el Balón de Oro a Messi en el último mundial (Brasil 2014) no recordaba un galardón, con evento incluido, tan polémico ni tan comentado en prensa o en redes sociales.
Desde el Balón de Oro a Messi en el último mundial (Brasil 2014) no recordaba un galardón, con evento incluido, tan polémico ni tan comentado en prensa o en redes sociales, ese sitio donde las hordas hooligans de un lado u otro sacan lo mejor de sus pensamientos, como la medalla de Oro de la ciudad a la Virgen del Rosario.
Ahí han estado desde el mismísimo Pablo Iglesias, que gracias a esta medalla ha comprendido las cosas que hacemos por aquí abajo que no entienden bien los atropellados urbanitas (demostrando una vez más así su abrumadora supremacía intelectual e incluso geográfica) o un compendio de gente que se hace llamar cristianos de base. Porque ahora todo debe basarse en las bases, y he de suponer que estos cristianos han pensado que lo mejor es lo de las bases para tener apariencia de fuerza moral, viendo que los de Podemos (que han subido en poco tiempo hasta tener cinco millones de votantes) hablan de las bases y las asambleas, y teniendo en cuenta que una misa o Eucaristía es una asamblea.
A todo esto, hay que sumarle a los de Europa Laica, que lejos de tener algo mejor que hacer en emplear tiempo y dinero, se meten en denunciar la historia. Con lo que supongo que deben estar enormemente ofendidos porque el pueblo de Cádiz le haya dado una Medalla a una Virgen, con lo bonito que hubiera estado que un Ayuntamiento de los llamados del cambio le hubiera reconocido a ellos su ardua tarea diaria en la lucha por una Europa, España, provincia, ciudad o hasta comunidad de vecinos laica. Una proeza que traerá desarrollo económico y empleo a los liberados.... como mandan los cánones (Iba a poner como Dios manda, que se suele decir, pero iba a sonar a cachondeo y esto es cosa seria).
Y como colofón al numerito de la Medalla, el Consejo adelanta lo máximo que puede la procesión Magna, porque en octubre ya no estaba (el Consejo digo, la Virgen seguía), y quiere su medalla cofrade sacando un magno cortejo en el día de más calor, por ahora, del año. El día más largo y de más calor, que ya es mala suerte para el Consejo, al que le pudo salir la medalla muy cara.
Aunque bien pensado, cara ha salido. Porque como los cofrades somo cofrades, y al igual que los españoles futboleros llevan un entrenador dentro los cofrades llevan una criticona, pues ha faltado tiempo para criticar. Y entre esas críticas, como no, al colectivo de cargadores. Al fácil. Al que la criticona interior del cofrade no le da mérito por meterse a 56 grados (medidos) bajo un paso. El que pasa de lo importante va de respiradero hacia arriba al “hay que ver esta gente, siempre igual. Si es que no dan pa más”.
En definitiva, espero que se haya aprendido de los errores. Aunque me cueste creerlo. Por lo menos, y con eso me daría por satisfecho, a ese colectivo de cargadores tan vilipendiado en esta ciudad espero que le haya servido para darse un poco más de autodignidad, aunque viendo las últimas...
Comentarios