Navidad en Badalona

Toda la pureza del flamenco, se resume en la palabra mestizaje, por eso el flamenco, que forma junto con nuestros acentos el idioma de Andalucía, es un mundo musical que se alea fácil con todos los universos

Xavier García Albiol, alcalde de Badalona esta Navidad.
24 de diciembre de 2025 a las 13:04h

Por los montes de Judea

Unos pastores bajaban

Diciendo: "Fuera de aquí"

A unos negros que allí estaban

Los negros lloraban

Y así le decían

"También pa los negros

Ha venido el Mesías"

Villancico de Triana Pura por tangos

Oír el nombre de Badalona siempre me llevó a Joan Manuel Serrat: “Qué bonita es Badalona, en invierno y en verano, con mantilla y barretina, a la sombra y al solano…” Estos días no, estos días de fiestas navideñas, como consecuencia del racismo fascista de su alcalde, Xavier García Albiol, el nombre del municipio catalán poblado de herencia genética andaluza, me lleva a uno de los villancicos andaluces más conocidos, Los Campanilleros. “A la puerta de un rico avariento llegó Jesucristo y limosna pidió, pero el rico en vez de la limosna, los perros que había se los achuchó. Y Dios permitió que los perros murieran de rabia y el rico avariento pobre se quedó.”

El guitarrista Manuel Serrapí Sánchez, Niño Ricardo, compuso el villancico inspirado en cantes cristianos de alba que entonaban los campesinos del sur para llamar al rezo de madrugada en las iglesias de los pueblos. La letra popular de Los Campanilleros la grabó por primera vez Manuel Soto Lozano, Manuel Torre, para la historia del flamenco, en 1929, y la popularizo, mediado el siglo XX, Pastora Pavón, La niña de los peines. La letra hace justicia, los perros murieron de rabia y el rico avariento pobre se quedó. Esa justicia que no existe en Badalona con las cuatrocientas personas inmigrantes que vivían refugiadas en un edificio de titularidad municipal, el antiguo instituto B9.

El Niño Ricardo era payo, llevaba de segundo apellido Serrapí, un apellido de origen catalán. Manuel Torre y Pastora Pavón eran gitanos. El villancico campesino tiene su origen en costumbres cristianas y es flamenco. Toda la pureza del flamenco, se resume en la palabra mestizaje, por eso el flamenco, que forma junto con nuestros acentos el idioma de Andalucía, es un mundo musical que se alea fácil con todos los universos.

Dejó dicho, Blas Infante, padre de la patria andaluza, para dejar claro que el etnicismo es un veneno para la humanidad, que quien vive en Andalucía es andaluz. En Badalona, como en Santa Coloma, L`Hospitalet o Cornellà o toda Cataluña, corre la sangre andaluza extirpada de su tierra por el franquismo. Qué ha pasado desde los años cincuenta del pasado siglo, qué ha pasado desde la hazaña de Manolo Vital en el 47. Qué ha pasado para que muy poca gente grite que si vives en Cataluña, da igual tu condición, lo tu situación legal, eres catalán. Qué ha pasado para que el cristianismo solo se use por los poderes políticos para ensalzar la iluminación, el consumo y la fiesta, al tiempo que se desprecia la condición humana.

El fascista Xavier Albiol, alcalde de Badalona, ha tirado a la calle a seres humanos en condiciones climatológicas que agravan su situación. Es una actitud asesina. El fascista Albiol ha arremetido contra la condición humana de personas en situación de intensa necesidad, como hace el estado sionista de Israel con el pueblo palestino del que Jesucristo forma parte. Pero no lo ha hecho solo, la sentencia judicial que ordena el desalojo, la puso en manos de la guardia urbana de Badalona, pero la ejecutaron los mossos d’escuadra junto con la policía nacional aplicando sus competencias en materia de inmigración.

Ni el gobierno municipal en manos fascista, ni el gobierno de la Generalitat en manos del PSC de Salvador Illa, ni el gobierno del estado en manos de Pedro Sánchez y su ministerio del interior, en manos del reaccionario Fernando Grande-Marlaska, pensaron siquiera en la condición humana de cuatrocientas personas arrojadas al barro bajo la lluvia. Tres administraciones poderosas que distendían dinero público a mansalva no fueron capaces de buscar una alternativa habitacional, digan, ni siquiera pensaron en ella. Para más INRI, cuando un grupo de quince inmigrantes, gracias a la labor de organizaciones sociales, iba a ser acogido en una iglesia, una concentración fascista impidió el refugio. Para evitar esta inhumanidad no intervinieron ninguno de los tres cuerpos policiales, el municipal, el catalán y el español.

Cuando esté racismo sin sentido pasa delante de nuestras narices, debemos de preguntarnos qué mierda de Navidad estamos celebrando, si consentimos que la encarnación actual de Jesucristo, el dios de los pobres, en el cuerpo de la inmigración, sea vilipendiada y maltratada con total impunidad. Me gustaría que al oír el nombre de Badalona se me viniese a la cabeza, como siempre me ocurrió, la canción de Joan Manuel, pero a partir de esta Navidad se me viene Los Campanilleros y me pregunto dónde se perdió la sangre de la inmigración Andaluza en Cataluña y si podemos volver a recuperarla de la memoria para que ningún ser humano sea tratado como si fuese ilegal.