El mundo al revés del patriarcado, el capital, Juan Roig, la historia única y el pensamiento crítico

Es la historia de un mundo al revés, donde los malos son los buenos y viceversa, recuerdo que tardé tiempo en darme cuenta de que los indios de las películas del Oeste no eran los malos

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Miembro de la Asociación de Hombres Igualitarios de Andalucía. (A Rocío siempre, antes, después y luego)

Dani Alves, en la cárcel por una presunta violación.
Dani Alves, en la cárcel por una presunta violación.

Daniel Alves, que es un famoso futbolista brasileño ya en el final de su carrera deportiva, de origen humilde, actualmente está en prisión provisional por presunta violación de una chica. Él en su legítimo derecho de defensa niega los hechos, y se declara inocente, la jueza no obstante ha debido de apreciar la existencia de indicios racionales cuando le mantiene en prisión.

En tanto, en los medios de comunicación, los tertulianos, en las noticias, y en la calle, dominada por la cultura y el pensamiento de la masculinidad, hay preocupación e interés por el estado de este individuo y lo mal que lo debe estar pasando en prisión. Pero casi todos olvidan que en esta historia el futbolista famoso no es la víctima sino el presunto victimario, y que de quién deberíamos preocuparnos, interesarnos, y quizás, siempre con su consentimiento, informar, es de la mujer, la previsible víctima de la investigada agresión sexual de un tipo que como muchos otros hombres, parece que considera que las mujeres son objetos para su uso y placer, cuerpos donde hacer valer su poder y dominación, sin reparar en su voluntad ni el daño que le pueden ocasionar, no solo a su libertad y dignidad, sino a su salud psicológica y emocional, la que probablemente quedará afectada toda la vida.

Pero hemos de seguir visualizando las lágrimas de cocodrilo, las caras de niño bueno que nunca ha roto un plato, y  el victimismo de un presunto violador machista, que a estas presuntas “virtudes” une su predilección por una opción política totalitaria, misógina y patriarcal como es la del fascista ex presidente de Brasil. Machismo, capitalismo, mentiras y violencia son ejes de una estructura de dominación que menosprecia a las personas y por supuesto a las más desprotegidas, como son las mujeres.

Es la historia de un mundo al revés, donde los malos son los buenos y viceversa, recuerdo que tardé tiempo en darme cuenta de que los indios de las películas del Oeste no eran los malos, pero la historia siempre la cuentan los poderosos y aquí y ahora sucede igual.

Es la imposición de la creencia de que la culpa siempre la tienen ellas, no importa la causa ni el momento, “por ir con un hombre al baño, pretender aprovecharse de un famoso, o porque los hombres ya no podemos ni mirar a una mujer”, todo para justificar nuestra infamia masculina, y responsabilizar a las víctimas de nuestros delitos, violencias y crueldades. Y este pensamiento no solo está en los hombres sino también en muchas mujeres, víctimas de una cultura que sigue generando en nuestros subconscientes la creencia de la mayor maldad de ellas, porque en realidad son las que mandan sobre nosotros, seres, nobles e inocentes que nos dejamos embaucar por la seducción y el engaño. Ya lo dijo la Biblia cuando hizo recaer sobre Eva la responsabilidad del pecado al incitar a Adán a morder la manzana del árbol prohibido, condenando de esta forma a la humanidad, salvo a los poderosos y privilegiados hombres predicadores de la cultura de un esfuerzo que no practican como Juan Roig, a ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente. Las mujeres han sido y siguen siendo las grandes responsables de los males de la humanidad, y los delitos sexuales cometidos por nosotros son solo reacciones justificadas a su provocación y maldad,

Es esta la realidad que vivimos, como la que nos contaba Orwell en su ministerio de la verdad, o Chimananda Ngozi en Los peligros de la historia única, y es la manipulación, el engaño y la mentira del fascismo de Donal Trump, Bolsonaro, Salvini o Abascal, y en definitiva el ejercicio del poder despiadado del capital y los hombres que lo detentan, el machismo y el patriarcado, y a la que solo podremos vencer con el pensamiento propio y crítico, la toma de conciencia, el compromiso, la acción, y los feminismos.

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