Juan Manuel Moreno, tras el 19J.
Juan Manuel Moreno, tras el 19J.

De las tres hipótesis más probables, se ha cumplido la más mala pero no la peor. Victoria holgada del PP y subida moderada de Vox, la más mala. Subida espectacular de VOX y crecimiento moderado del PP, la peor. Y tres, mayoría de la suma de toda la izquierda con un PSOE recuperando votos de la abstención y del descalabro de Ciudadanos. Esta última más que una hipótesis era una esperanza que alguno albergábamos con injustificada inocencia

El fantasma amenazante y vociferante de Vox ha servido para que la realidad sigilosa y discreta del PP se afiance como el mal menor. En el fondo no es sino una versión local de la doctrina del shock que hace años explicó muy bien Naomi Klein. Amenazar con lo horroroso para acabar aceptando con alivio lo terrible. Esto es lo que parece haber pensado una parte del electorado andaluz. Ante una izquierda inútil y en continuo conflicto, la mejor fórmula de garantizar que Vox no gobierne es darle la mayoría absoluta al sonriente “Juanma para los amigos”.

El PSOE no solo no ha recuperado votos absolutos, a pesar del modesto incremento de la participación, sino que ha perdido más aún de lo que se ha incrementado el censo real de participantes. La izquierda de la izquierda demasiado bien ha escapado si tenemos en cuenta el rosario de despropósitos de estos últimos cuatro años. No ha habido pues movilización del electorado progresista abstencionista y si la ha habido, en una pequeña proporción, ha sido para impedir que Vox gobierne votando a Moreno Bolilla.

En un reciente libro, El ruido, del psicólogo y premio Nobel de economía, D. Kahneman analiza la diferencia entre sesgo y ruido. Mientras que el sesgo sirve para manipular, el ruido genera confusión. La derecha ha usado muy bien el sesgo, para tergiversar los datos, y el ruido, para ocultar los números que no le son favorables. Por contra la izquierda, se ha especializado únicamente en el ruido. De la izquierda andaluza, incluido el PSOE, solo hemos recibido ruido. Empeñados permanentemente en ser  ellos mismos la noticia y el problema. ¿Cómo si la gente no tuviera bastante con el coronavirus, el volcán, la inflación o la guerra de Ucrania? Frente al sesgo de la sonrisa de anuncio de protésico dental de “Juanma para los amigos”, el ruido de Tere y Susana y sus “extrañas familias.” Este es el resumen de la legislatura.

La retórica antifascista también ha fracasado, como casi siempre, eso de jugar con fantasmas nunca ha impulsado ningún cambio real. Teresa y Susana podrán estar satisfechas, han consolidado a la derecha real atemorizando con la derecha fantasmal. Después del enfrentamiento con Olona, Teresa lo ha conseguido; podrá seguir donando todos los meses parte de su sueldo al Domund. ¿Qué tendrá esto que ver con la izquierda?  Al volver a casa y desde las marquesinas “Juanma para los amigos” sigue sonriendo, no es para menos.

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