Hace poco un neumólogo decía que una de las poquísimas cosas buenas que ha traído la pandemia es que va a acabar con la creencia popular de que las infecciones respiratorias se pillan por no abrigarse bien, coger frío, etc. De tanto machacar el tema en los medios, ya no hay nadie que no sepa cómo se transmite el coronavirus y que, por tanto, no tiene nada que ver con “coger frío”.
Esperemos que ocurra lo mismo en otros asuntos donde también hay falsas creencias. Creencias que además son más peligrosas, porque provocan racismo y xenofobia. El pasado jueves 17 de diciembre, sin ir más lejos, Rosario López, concejala del PP en Jerez lanzó un discurso en el pleno del Ayuntamiento indistinguible del de un neonazi ("medidas para que vuelvan a África, a sus costumbres") basándose en dos ideas que según ella son de lógica: "Cuantas más facilidades les demos, más a van venir, pero si eso es de lógica". "Si aquí hay un 33% de paro, si nuestros licenciados y profesionales no pueden encontrar un trabajo, ¿cómo los vamos [a los inmigrantes extutelados] a insertar aquí? Es irreal, es algo irreal y el pueblo así lo piensa".
Toda la evidencia disponible (que no es precisamente poca) demuestra que ambas afirmaciones son FALSAS. Las principales pulsiones que influyen en si una persona migra y adónde no tienen nada que ver con si en el lugar de destino te habilitan un albergue y te dan de comer. Las principales son estas dos: las expectativas de ingreso y la evolución de los mercados de trabajo en destino. Solo hay que mirar cómo dejaron de venir (y cómo se fueron) migrantes en los años de crisis. Eso ha ocurrido y ocurre década tras década y país tras país. Amén de lo grande que hay que tener el ombligo para pensar que chavales de otros países van a decidirse a venir porque en una ciudad cuya existencia desconocen van a habilitar el albergue municipal para que no duerman en la calle.
Respecto al paro, además está partiendo de una falsa premisa: que el empleo está disponible en una cantidad fija. No es así en absoluto, es algo que se pensaba en el siglo XIX y que está más que superado. Pero es que además, toda la evidencia disponible dice que el impacto de las migraciones en el mercado laboral tiene en general efectos positivos o, como mínimo, no tiene efectos negativos.
Por tanto, lo que la concejala dice que es de lógica, es simple y llanamente mentira. Lo "irreal" es lo que ella dijo. Solo que, a diferencia del caso de "abrígate, que vas a pillar una bronquitis", su discurso genera rechazo hacia un colectivo vulnerable. Es gravísimo este discurso mentiroso dado por servidores públicos. Ojalá llegue pronto la vacuna contra esta pandemia de odio.
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