Vaya par de cifras que aportó ayer lavozdelsur.es. Qué ganas de que a la gente se le atragante la tostada, hombre.
Vaya par de cifras que aportó ayer lavozdelsur.es. Qué ganas de que a la gente se le atragante la tostada, hombre. En realidad ya lo sabíamos, pero verlas enunciadas da repelús… Números redondos, el Ayuntamiento tiene que hacer frente a 100.000 euros diarios para pagar intereses y amortizar deuda con los bancos (me da que bastante más de lo primero que de lo segundo) porque si el Consistorio hiciera una prorrata de la deuda que soporta –y aquí viene la segunda cifra– entre el padrón de Jerez significaría que cada uno tocamos a 2.422 pavos, desde los nacidos ayer hasta los centenarios.
Buff. Cuando repasamos estas cifras, lo habitual, lo recurrente en la opinión pública e incluso entre los periodistas es culpar de esta magnitud a los proyectos faraónicos. Reconozco que el adjetivo mola, pero le echo un vistazo a Jerez por arriba y por abajo y no encuentro en Jerez ese faraonismo por ningún lado. Es cierto que el Ayuntamiento de Jerez construyó en su día un circuito de velocidad que luego tuvo que remodelar, es verdad que tiene un estadio de fútbol que anda por los 30 años y que ya fue remodelado (para los Juegos Ecuestres del 2002), se han hecho distintas infraestructuras en colaboración con otras Administraciones (elevación del tren, por poner un ejemplo exitoso). Es cierto que todo eso se ha hecho, guste más o menos, pero hecho. Y hace ya bastante tiempo.
Entonces, ¿qué más tiene Jerez que justifique esa deuda, dónde están estos proyectos o infraestructuras que merecen el adjetivo faraónico? Los busco paseando por la ciudad y aledaños, los busco en el Google Earth, los busco en las hemerotecas y de verdad que no los encuentro. Me da que la cosa va a ir más porque durante muchos años el Ayuntamiento afrontó en solitario el pago del canon del Gran Premio de Motociclismo, que se infló la nómina de asesores municipales, que durante la legislatura de los pactos Pelayo-Pacheco-Sánchez hubo de hecho dos Administraciones municipales (con su personal, su ámbito de actuación, sus servidumbres políticas y su clientelismo), todo eso es verdad y creo que va a ser buena parte de la verdad, la verdad de esas dos cifras. El resto se lo llevó el polvo del tiempo y aunque en su día se dedicaron esfuerzo y (relativamente) dinero para el hipódromo, para la Ciudad del Flamenco, para Sherryworld, para el Parque Temático del Motor (hoy Área Sur y Luz Shopping), etc, nunca llegaron a cuajar. Así que, más allá de que la palabra, efectivamente, mole, ¿qué faraonismo?
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