Tener una mascota para atarla en corto cada vez que pisa la calle es un tortura.
Nuestros incondicionales peludos de cuatro patas —no he estado muy original, pero admitan que esta definición agrupa a todas las razas— tienen motivos para mover el rabo como si no hubiera un mañana (aunque en su caso el tiempo es un auténtico presente en el sentido original de la palabra, un regalo sin pasado ni futuro, solo ese instante “carpe diem”). Jerez contará en unos meses con ocho nuevos parques caninos ubicados estratégicamente a lo largo y ancho de la ciudad.
En primer lugar porque en esos sitios no tienen que ir atraillados, y entiéndanme los detractores de los animales, pero tener una mascota para atarla en corto cada vez que pisa la calle es un tortura. Imagínense en lo que se convierte un paseo en estas condiciones para un bicho que pasa el resto del día encerrado entre cuatro paredes. A ellos les gusta olerlo todo, correr, saltar… qué les voy a decir, lo convierten todo en una fiesta. Estar todo el día amarrados se convierte en una manera de maltrato, teniendo en cuenta además la enorme ansiedad que les genera.
Por ello me parece una excelente noticia que espero que se cumpla y que celebro ya. Mi animal de compañía no podrá hacerlo hasta que no se haga realidad, pues ellos no entienden de promesas de políticos ni de partidas ni de presupuestos. Como he dicho arriba, el presente en su verdadera acepción, es lo único que cuenta. Gracias a medidas como ésta, por cierto, tanto los tenedores de mascotas como el resto de ciudadanos tendrán más fácil la convivencia, que a veces no es tan fácil como pudiera parecer (que se lo pregunten a los dueños de los PPP: Perros Potencialmente Peligrosos). Comportamientos incívicos, a veces, de unos y falta de tolerancia, en señaladas ocasiones, de otros, la dificultan.
Así que romperé una lanza a favor de esos 52.000 euros que permitirán al mejor amigo del hombre —no son palabras vacías, doy fe de que lo es— disfrutar de una vida perra sin la acepción peyorativa de la palabra. Ojalá se pensara más en ellos, para que boten. Ya nos encargaremos de votar sus dueños.
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