Soy desgraciaito hasta p'al andar, que los pasitos que yo doy p'alante se me van p'atrás"
El gulag, el Angkar, las "sesiones de lucha" podrían ser los pozos en los que cayeron las masas en su marcha atrás cuando en lugar de andarse con sigilo, tanteando el terreno con cuidado, quisieron echarse a correr... El ensañarse con el mundo viejo como única forma de pasar al nuevo. Una "huida hacia delante", como la describe Antonio Escohotado, pero una huida de espaldas, que nunca perdió de vista aquello de lo que huía... A lo largo del siglo XX la utopía fue identificada por unos (conservadores, fascistas...) con un pasado lejano y por otros (progresistas, comunistas...) con un futuro inminente, quizás porque los males del pasado cercano se recordaban demasiado bien y las bondades del futuro lejano se imaginaban demasiado mal. La utopía pasada, cuanto más lejana, más difícil de recomponer; la futura, cuando más inminente, más difícil de organizar... ¡Así nos manteníamos ocupados! Cuán diferente el presente intermitente de los valores bursátiles. El eterno retorno capitalista de las modas y las crisis económicas. Ese tedio insoportable y monocorde que nos hace echar de menos el viejo sueño del Progreso, aunque sepamos que, como todo sueño, una vez en marcha no sabe cómo detenerse si por casualidad se convierte en pesadilla... Pero da igual que la promesa sea imposible de cumplir, mientras retorne el gesto cálido de prometer. No son pocos, en suma, los que hoy suspiran que cualquier tiempo futuro fue mejor. Lo que no saben es que lo tienen justo a sus espaldas.Marcha atrás
Estudió filosofía, estética e indología en las universidades de Sevilla, París y Leiden. Autor de 'Malas hierbas: historia del rock experimental' (2014), 'La prisión evanescente' (2014), 'El dios sin nombre: símbolos y leyendas del Camino de Santiago' (2018), 'El Palmar de Troya: historia del cisma español' (2019), 'Mitología humana' (2019) y la novela 'Los ecos de la luz' (2020). oscar.carrera@hotmail.es
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