El Ayuntamiento de Jerez de la Fra ha entrado en modo ordenanza. Desde aquí estamos totalmente a favor, solo podemos levantar nuestra copa y brindar satisfechos, jubilosos incluso. Nueva ordenanza de la Feria del Caballo, nueva ordenanza de las Zabombas... hay que 'ordenanzar' todo lo 'ordenanzable', en una ciudad que ha vivido durante demasiado tiempo al margen de la ley, sin ordenanzas o, lo que casi es peor, con ordenanzas que se han quedado anticuadas, que no son propias de la sociedad tecnológica en la que vivimos, vaya.
Vamos a citar dos ejemplos rápidos para los que, desde aquí solicitamos humildemente que sean 'ordenanzados' ya, lo antes posible, por el gobierno municipal. Tenemos en primer lugar las plataformas únicas, que son muy del agrado de la alcaldesa Pelayo. Pues miren, necesitan una ordenanza. Es un hecho que el empedrado queda cuqui en los centros históricos de las ciudades, pero sin ordenanza, como dice la Carta a los Corintios, de nada sirve. Tanto tiempo en esta sección dirigiéndonos al por entonces delegado de Urbanismo del PSOE como José Antonio 'Plataforma Única' Díaz para que ahora Pelayo, en un ejercicio de simbiosis, sienta la plataforma única como algo, no sé... propio, cabría decir.
Necesitamos esa ordenanzas primero para comprender en su plenitud los designios de la alcaldesa, por supuesto, pero también, los que vamos siempre en calidad de peatones, debemos saber a qué atenernos. Por ejemplo, los 'emocionantes' encierros de coches (encierros en modo San Fermín) que se han vivido en la calle Tornería, no deberían volver a repetirse (es verdad que han bajado, eh, ya no se ven 'carreras' tan interesantes de mozos y mozas, perdón, peatones delante de los coches, como hace unos meses). La plataforma única solo puede ser un éxito si se cumplen unas ordenanzas relativamente severas, que reduzcan el tráfico al mínimo –residentes, taxis, llegado el caso micobuses y ya en plan majete carga y descarga– y que se cumpla también que los coches vayan a la velocidad indicada, un máximo de 10 por hora, algo imprescindible. Si no, al final nos acabaremos acordando de por qué las ciudades, ya a finales del siglo XVIII, fueron introduciendo esas alzas, que acabaron llamándose aceras, tanto como medida higiénica –piénsenlo... todo se llenaba de mierda, literal– como para separar a los peatones del tráfico de carros y luego de coches (en Jerez, por ahora, no hace falta el primer uso, pero no conviene bajar la guardia).
Otro gran tema susceptible de tener una ordenanza: los toldos. Casi mediado octubre y ahí siguen, puestos. ¿Llegarán a Navidades? ¿Si llegan a Navidades... merece la pena ya quitarlos? ¿Por qué no ir, entonces, a unos 'toldos de entretiempo', preparados para la lluvia? Precisamente hemos repasado este tema con José Antonio Díaz, que no hay como citar a alguien para que aparezca, ya saben. Claro, los toldos no tienen unas ordenanzas y el portavoz socialista nos recuerda que su colocación se autoriza por la comisión de patrimonio... pero si vamos a unos toldos más allá de la temporada –pero, ¿quién fija la 'temporada' hoy en día, con el cambio climático?– hay que tenerlo en cuenta porque es un tema que atañe tanto a los peatones como a los comerciantes de las zonas donde se han colocado, que saludaron la medida en verano, pero a lo mejor ya no lo ven tan claro. Díaz se moja y apuesta porque los toldos se comen el turrón, que llegan a las Navidades, vaya.
Te lo digo desde aquí, José Antonio, no llegan. No porque este cronista tenga información privilegiada, que no la tiene, sino porque basta que digas algo de ese tipo, una previsión así, para que quien tiene la sartén por el mango actúe en sentido contrario a lo que dices para no darte la razón. ¿Que cómo lo sabe este cronista? Pues porque le pasó. Me pasó. Una vez, hace mucho, con información totalmente privilegiada (e incluso constrastada, jaja) publiqué que la patronal bodeguera iba a destituir a su presidente en su próxima asamblea (o ejecutiva, no recuerdo... para el caso, tanto da), que era inmediata, cosa de un día o dos después de la salida de la información. Por supuesto, ese cese no se produjo. Por supuesto, también, la destitución fue en la siguiente asamblea (o ejecutiva). Así se las gasta el poder cuando de poner y quitar la razón se trata, José Antonio, lo de menos es que sean unas simples toldos... pero bueno, tú ya lo sabes, ocho años en Urbanismo también deben dar lo suyo...
Posdata: además, la iluminación navideña. ¿Se imaginan?, la iluminación, los toldos, todo a la vez. No llegan, José Antonio, no llegan...
