Temporada de conejos en Jerez

En política local, las cosas triviales solo lo son en apariencia, sobre todo si acaban causando problemas donde no los hay

La rotonda de Cuatro Caminos, en Jerez, precintada.
18 de octubre de 2025 a las 08:00h

¿Hay temas triviales en la política local? Este cronista aceptaría la frase que acaba de escribir con una única condición, la de añadir el término 'aparentemente'. Reescribámoslo: ¿Hay temas aparentemente triviales en la política local? Entonces sí, entonces estaremos todos de acuerdo. La política local es muy picajosa. Los políticos suelen decir que es muy bonita porque es la más cercana, es la que te hace sentir el calor de los vecinos cuando sacas adelante un tema que aplauden, pero podemos escribir exactamente lo mismo con un sentido totalmente distinto. Hagamos la prueba: la política local (...) es la que te hace sentir el calor de los vecinos. Ya ven qué diferencia, solo con poner en cursiva una palabra.

Verán, la Zona Sur de Jerez tiene múltiples problemas, como es sabido. Pasan los años, las décadas y esos problemas siguen ahí, latentes en sus barriadas: delincuencia, drogadicción, incivismo... El Ayuntamiento –todos los gobiernos municipales que han ido pasando– han intentado hacer cosas, desde luego, se ponen proyectos de formación/prevención en marcha, siempre con desigual éxito. Lo que no se había hecho hasta ahora –y vamos a ir entrando en materia, vamos a justificar el comienzo del artículo– es algo absolutamente trivial como exterminar una colonia de conejos... perdón, perdón, en términos políticos exterminar fauna silvestre: no se ha dicho abiertamente, pero realizar una campaña de "desratización" en la conocida como glorieta de los conejos solo puede significar una cosa. Como dirían Bugs Bunny y el pato Lucas en ese memorable cartoon, "Temporada de conejos, temporada de patos".

(Para la gente que no es de Jerez: desde hace años, pero años, hay una glorieta en la zona sur, Cuatro Caminos, que está colonizada por conejos. Siempre ha sido divertido verlos, casi siempre quietos, tomando el sol en su isla, bien protegidos precisamente por el tráfico de la zona. Incluso hay gente que los incluye en su paseo con niños, a ver si los ven. Ahora, alguien parece haber decidido que sobran, solo así se entiende que 'oficialmente' hayan puesto en su glorieta trampas contra otros roedores, las ratas, que terminarán comiendo... si no eran para ellos desde punto y hora).

Y bien, a partir de ahora se acepta que este también es un artículo trivial, lo que pasa es que, como la política local, lo es solo en apariencia. Puede que alguien considere en la zona Sur que qué hace esta gente matando a los conejos, con la de ratas que hay, a lo que el Ayuntamiento, con toda seguridad, responderá que la equis campañas de desratización que se llevan a cabo, y tendrá razón.

Pero es que el problema real no es ese. El problema real es cuando un gobierno municipal comienza a dar síntomas de que se está perdiendo la concentración, de que hay cosas que se están haciendo por hacer, sin evaluar riesgos y el alcance de determinadas decisiones. O fallando el diagnóstico. Arropado en la mayoría absoluta que le dieron las urnas, nunca se ha asumido que primar la renovación de la Feria del Caballo (que hacía falta) sobre la renovación del transporte público (que hacia más falta) fue un error de cálculo; tener determinadas vías cerradas en el casco histórico, con obras interminables (normal, en Tornería había días con solo dos trabajadores: lo ha visto toda la ciudad) fue otro error de cálculo, con el cabreo de vecinos y comercios afectados; ahora, la ambigüedad con la ZAS en Algarve-Remedios es un insulto a la inteligencia, con buena parte de los vecinos del centro histórico enfadados por la creciente 'tematización' del espacio... 

Da la sensación de que el gobierno municipal ha aflojado después de cerrar el acuerdo financiero con el Gobierno, lo que le garantiza cierta autonomía económica para los próximos años. Ese ufff después de quitarse (parcialmente) el corsé es como si se hubiera malentendido, dando paso a un relajo que, probablemente, la primera que ha visto venir ha sido la alcaldesa Pelayo, con la minicrisis en su gobierno municipal aprovechando la marcha de uno de los concejales y cerrando filas con su guardia de corps. Pero no, hay algo de fondo, como de pato mareado en un gobierno municipal que daba por hecho tras su aplastante victoria de hace dos años largos que la victoria era para ocho. Y ahora eso no está tan claro. Con viento de cola en Vox y un PSOE que antes o después se recuperará, es evidente que hay partido electoral y que parte de los motivos el gobierno del PP debe buscarlos no muy lejos: son propios.

Mientras, pueden seguir exterminando a esos animales tan simpáticos, tan queridos por los niños, llamados conejitos, todo un acierto. Perdón, perdón, ¡qué conejitos!, fauna silvestre...